Tirando una moneda al aire se definió la presidencia de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Después de todo, la diputada Lorena Fries (CS) quedó a la cabecera de instancia.
La disputa fue entre Fries y el diputado Evópoli Jorge Guzmán. Los parlamentarios se enfrentaron en dos oportunidades, en ambas votaciones el resultado fue seis contra seis, por lo que se prosiguió a lanzar una moneda al aire y así definir el futuro de la presidencia. Fries eligió cara, Guzmán sello y el resultado ya se conoce.
La comisión está compuesta por siete parlamentarios oficialistas y seis de oposición, la ausencia clave - que llevó a tomar la decisión a través de una moneda - fue la del diputado Tomás Lagomarsino (PR), quien llegó a la sesión cuando ya se había zanjado el tema.
La nueva presidenta de la comisión aseguró que ya no cuentan con el apoyo de Lagomarsino para futuros proyectos. “Lamentablemente faltó un diputado y eso obligó a seguir un procedimiento que puede ser para algunos medio arcaico, que es la moneda al aire y que sea la suerte la que defina. En este caso, la suerte se definió a favor mío”, agregó la legisladora.
Asismimo, el diputado Hernán Palma (IND) sostuvo que “esta es una conducta reiterada del Diputado Lagomarsino. Hay que recordar cuando Lorena Pizarro ejercía la Presidencia que el condiciona la censura de la derecha a que venga el Señor Sergio Micco”.
"Hoy día hubo que tirar una moneda al aire. El cara o sello de la Comisión de Derechos Humanos para definir la presidencia porque él se ausenta y llega tarde. El sabe las reglas del juego, fue Presidente de la Comisión, no puede no saber que si llega tarde a una Comisión no va a poder participar”, agregó.
Cabe recordar que Fries reemplazará a la diputada Lorena Pizarro (PC), quien tuvo que sortear tres censuras durante su periodo. Ante el riesgo de que esto vuelva a ocurrir, la nueva presidenta dijo que “espero que no se repita porque espero que vayamos entendiendo cada vez más lo que son los derechos humanos y la importancia que tienen en el Chile actual”.
“Un Chile que está muy polarizado y que, por lo tanto, suele recurrir a demasiados adjetivos respecto del otro o de la otra diferente. Y, de esa manera, es muy difícil avanzar en materia de derechos humanos”, agregó.
