El triunfo de Javier Milei como Presidente electo de Argentina ha traído, al menos en los dos primeros días, una serie de cuestionamientos y presiones hacia el Presidente Gabriel Boric para que acuda al cambio de mando del 10 de diciembre en Argentina, pero también, para que designe prontamente a un embajador. Todo ello, en pos de las buenas relaciones bilaterales que se deben mantener con el vecino país.
Y pese a que el Mandatario ha hecho hincapié en ese punto, ya golpeó la mesa, ante las presiones: "nosotros vamos a designar a un embajador con las mejores competencias para eso, pero el embajador lo designo yo, no al otro lado", sostuvo esta mañana. Pero durante la tarde, y a dos días de convertirse en presidente electo, Milei y el Presidente Boric hablaron por teléfono, por diez minutos.
Para Nicolás Monckeberg, ex embajador de Chile en Argentina durante el segundo gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera, esa conversación fue una señal "básica e indispensable", así como también lo es, a su parecer, "avanzar más rápido en una mayor integración económica y energética entre ambos países". Tampoco ve "motivos o razones" para que el Presidente Boric no se presente en la asunción de Javier Milei. "Puedo tener muchas diferencias políticas con él (Boric), pero creo que en esto no se va a equivocar", comenta en entrevista con Emol.
— ¿Qué señal ve en la conversación que tuvo hoy el Presidente Gabriel Boric, vía telefónica, con Javier Milei?
Me parece que es una señal básica e indispensable. En ningún minuto se puede haber puesto en duda, porque esa llamada, más allá de los saludos personales, simboliza el reconocimiento a un pueblo, a un reconocimiento democrático, transparente, libre y soberano de Argentina, que eligió un a un presidente por amplia mayoría. Y cuando un Presidente de un país llama al Presidente electo de otro país, no lo hace a título personal, debe hacerlo como Jefe de Estado, representando el sentir de la nación. De tal manera, que tanto este llamado, como todos los gestos que hayan de ahora en adelante, deben siempre entenderse como parte de la política de Estado, que no puede verse nunca condicionada por las diferencias políticas personales que puedan tener los gobiernos de turno (...) mientras antes se hubiera producido, mejor.
— ¿Coincide con la mirada de la vicepresidenta electa de Argentina, Victoria Villarruel, quien planteó a El Mercurio que "hay muchos temas con Chile que trabajar coordinadamente y tal vez no ha habido esfuerzos en esa dirección?... mencionó el tema de La Araucanía, por ejemplo.
Comparto con ella que el foco y el eje principal de la relación bilateral entre Chile y Argentina deben ser aquellos temas comunes que afectan a ambos países y que requieren una coordinación estrecha para buscar soluciones. El conflicto en La Araucanía, sin duda es uno de aquellos temas, porque, si bien el conflicto y los actos de terrorismo se centran en Chile, no son pocas las ocasiones en que los mismos incidentes se producen con argentinos, y ocasionados por los mismos grupos. Lamentablemente, la coordinación, en algunas oportunidades, no ha sido tan fluida como se esperaba, para enfrentar un tema de esta gravedad.
— ¿Qué otros desafíos de integración y coordinación existen entre Chile y Argentina?
También está el desafío de lograr una mayor integración energética entre ambos países que complemente las fuentes de energía que tiene Chile en determinadas épocas del año, con las que tiene Argentina, es una estrategia indispensable para pensar en el desarrollo económico de ambos países. Creo que ahora se abre una tremenda oportunidad de lograr avances en esa agenda de integración energética.
Además, creo que es una muy buena noticia para Chile que el Presidente que el pueblo argentino eligió, crea profundamente en el libre comercio, en el fomento a las exportaciones y en el fin a fórmulas añejas que sólo causan pobreza y estrechez económica, como son el control de precios, la emisión inorgánica de moneda, entre otras materias. El hecho de que el Presidente elegido por el pueblo argentino crea en el libre comercio, en profundizar las relaciones comerciales internacionales, sin duda es una buena noticia para Chile, para Argentina y para la región.
No tenemos que seguir a paso lento, sino que, de una vez por todas, avanzar más rápido en una mayor integración económica y energética entre ambos países, porque esa va a ser un impulso fundamental para el desarrollo de ambos países.
— Desde que Milei se convirtió en presidente electo, ya se vieron algunas señales positivas para algunas empresas chilenas con exposición en el país vecino. ¿Eso es un buen augurio para nuestro país?
No tengo ninguna duda que el pueblo argentino haya elegido, por abrumadora mayoría a un Presidente que cree profundamente en la economía libre, en el fomento a la exportaciones, en terminar con las restricciones a las importaciones o fijación de precio, es una buena noticia, no sólo para las relaciones comerciales de Chile con Argentina, sino que es una muy buena noticia para toda la región. La responsabilidad fiscal es el punto de partida para fomentar la inversión, y sin duda es un aspecto positivo saber que dentro del programa de gobierno, en materia económica, de Javier Milei, esto es prioritario.
— Hay varias voces que han presionado para que el Presidente Gabriel Boric vaya al cambio de mando en Argentina. ¿Qué señal se daría si eso no se concretara?
No veo ningún motivo ni razón para que el Presidente de Chile no vaya a la asunción de un mando del Presidente de Argentina, elegido democráticamente y por una inmensa mayoría. La presencia del Presidente Boric el día de la asunción, tiene un solo significado: el respaldo y reconocimiento a la institucionalidad y a una decisión democrática del pueblo argentino. Por el contrario, la ausencia de un Mandatario a un acto de esta naturaleza, sólo demostraría que se anteponen las ideologías políticas personales por sobre las relaciones de Estado y los intereses del país. Y no veo al Presidente Boric en esa línea; puedo tener muchas diferencias políticas con él, pero creo que en esto no se va a equivocar.
— Esta tarde se conoció que el líder de Republicanos, José Antonio Kast, también fue invitado al cambio de mando. ¿Eso le pone presión al Presidente Boric por asistir?
Creo que son naturaleza de invitaciones completamente distintas. El Presidente Boric, al asistir, representa al Estado de Chile, y la invitación que se hace a José Antonio Kast es a título personal, en calidad de dirigente político con ideas afines, pero en ningún caso representa una visita de Estado, porque no ocupa un cargo político en la actualidad.
— Si las relaciones con Argentina son tan clave y estratégicas, según ha dicho el propio Gobierno, ¿cómo se explicaría la demora que ha tenido el Gobierno para designar a un nuevo embajador?
Quiero pensar que el Gobierno quiere, esta vez, ser más cuidadoso, para no repetir errores pasados, como lo ocurrido con el embajador Sebastián Depolo en Brasil, o lo ocurrido con el embajador de Israel, o cuando se ninguneó a John Kerry en Estados Unidos. Lo que está claro, es que a estas alturas, se debe nombrar cuanto antes al embajador de Chile en Argentina, y para ello, no hay cuoteo político que valga, porque el manejo de las relaciones internacionales debe siempre realizarse de acuerdo a los intereses de Chile, y no a la ideología del gobierno de turno.
— La relación Boric-Fernández era "relativamente" cercana, o al menos, facilitada por puntos ideológicos en común. ¿Cómo proyecta la relación Boric-Milei con los contrastes que encarnan en esta materia?
Cuando asumí como embajador tuve un breve diálogo con la vicepresidenta Cristina Fernández, y de las primeras cosas que me sorprendí, fue del afectuoso saludo que ella me pidió enviarle al Presidente Sebastián Piñera, y me reconoció que pese a tener enormes diferencias políticas, lograron tener un trabajo fluido cuando ella era Presidenta de la República. No hay motivo alguno para pensar ni promover distanciamiento entre dos países, porque en un momento político determinado, los presidentes presentan posiciones políticas contrapuestas.
Por lo demás, es tan intensa la agenda de trabajo conjunto entre Chile y Argentina que, en mi experiencia como ex embajador, que el Presidente Alberto Fernández se dio un gusto personal, y criticó al Presidente Piñera por asuntos de política interna, antes de tres días se veía obligado a llamar por teléfono, dar explicaciones, pedir las explicaciones, pedir disculpas y dar por superado los hechos. En síntesis, la relación bilateral entre Chile y Argentina es tan intensa en materias comerciales, académicas, científicas, políticas y limítrofes, que no hay espacio para que se vea entrampada por eventuales diferencias políticas o incompatibilidades de carácter entre los presidentes que puedan estar en un momento determinado.