La noche del lunes, el subprefecto de la PDI, Ariel Villarroel, falleció producto de las graves lesiones que le provocó el ataque de al menos 20 sujetos en la comuna de San Bernardo. Esto, en el contexto de un partido de fútbol amateur. El ataque, que se registró el sábado, ocurrió en medio de una riña que tuvo lugar en las canchas de fútbol de Cinco Pinos.
Hasta ahora, son seis los sujetos detenidos producto de la golpiza que acabó con la vida del policía que formaba parte de la Brigada Investigadora de Robos Calama, y que al momento de los hechos se encontraba con licencia médica. No obstante, acudió a la cancha luego que su hijo, de 18 años, se viera involucrado en una pelea con el equipo rival.
Luego que Villarroel los increpara, tanto él como su hijo recibieron la golpiza.
Pero la semana también estuvo marcada por las agresiones que sufrieron los árbitros de las finales del fútbol amateur en Lota y Coronel, en la Región del Biobío. El primer hecho ocurrió en el encuentro entre los clubes Luis Sánchez y José Vergara Keller, en la Cancha Neptuno; donde un sujeto persiguió al árbitro, quien tras caer, recibió una patada. El tema escaló, luego que el relator deportivo, Esteban Flores, decidiera dejar de participar en el programa Deporte 21, tras recibir amenazas del mismo hombre que agredió al juez, por estar grabando el encuentro.
El segundo hecho ocurrió el sábado, en el sector de Lagunillas, en Coronel, donde se desarrollaba la final de la serie Primera Adulta, entre el Club América de Lagunilla y Club Internacional Lagunilla. Una vez terminado el encuentro, un sujeto ingresó a directamente a golpear a uno de los jueces. Producto de lo anterior, la Asociación Carbón Lota Bajo suspendió los encuentros restantes "por falta de garantía de seguridad y falta de resguardo policial".
Estas escenas de violencia reabrieron el debate por este tipo de fenómenos enquistados en el fútbol; puesto que si bien está regulado en el ámbito profesional -y pese a ello, se siguen registrando hechos violentos-, aún queda camino por avanzar por medidas de seguridad y regulación en el mundo amateur, y de paso, en los encuentros de barrio.
Las causas tras el fenómeno
Las situaciones de violencia antes descritas, a juicio de Pedro Valdivia, coronel (R) de Carabineros y experto en materias de seguridad, dan cuenta de un "fenómeno enquistado en la sociedad", donde termina por operar la "ley del número", esto es, un actuar en grupo, que producto de una sugestión determinada, actúe "mancomunadamente frente a un objetivo común".
El diagnóstico es compartido por la
presidenta de la Comisión de Deportes de la Cámara, Erika Olivera, quien plantea que "el fútbol refleja lo que ocurre en nuestra sociedad donde hay un aumento creciente de la violencia y la intolerancia, pero este un tema que se arrastra desde hace mucho y por el que se ha hecho poco".
Por su parte, Andrés Celedón, abogado y académico de la U. Autónoma, comenta que en el futbol amateur "no existe control de ingreso a los diversos estadios, cuestión que puede ser un poco compleja debido a la cantidad de recintos deportivos que son utilizados para dicha finalidad durante los fines de semana sobre todo, de forma tal que al no tener control los riesgos de violencia deportiva aumentan. Pero quizás, principalmente, si la ciudadanía no ve efectivos controles y sanciones podría dar lugar al aumento de este tipo de hechos".
En el caso específico del fútbol barrial, Iván Poduje, arquitecto y director de Atisba, comenta que estas situaciones de violencia no son nuevas, y se producen "por una mezcla de factores, donde va mucha gente a hinchar, sin ninguna regla, con barrios que tienen rivalidades entre ellos. Esto solía terminar en grescas, pero hoy también encontramos disputas territoriales".
Lo anterior, se explica porque en algunos clubes o agrupaciones se puede ver incluso "financiamiento ilegal, de barras o financiamiento de camisetas". En el fondo, es posible observar conductas de "barras" igual a las de los equipos profesionales, pero hay una diferencia clave: poco y nada hay que las regule y ordene.
Violencia en el fútbol amateur
El pasado 23 de noviembre, la Comisión de Deportes aprobó la idea de legislar en torno a una serie de iniciativas que van en la línea de mejorar la Ley 19.327, que sanciona los hechos de violencia en recintos deportivos donde se desarrollen eventos de fútbol profesional, para que las sanciones se puedan extender al fútbol amateur.
Otra de las iniciativas busca establecer la medida de arraigo nacional para las y los infractores. Igualmente, sancionar y suspender el uso de un estadio a clubes cuyos hinchas participen en actos de violencia o actos racistas o xenófobas. A lo anterior, se suma el texto que agrega nuevas medidas de seguridad exigibles a los organizadores y agrava las sanciones por incidentes en espectáculos de fútbol profesional.
Los legisladores tuvieron en cuenta hechos de violencia acontecidos en este marco deportivo que tienen una alta concurrencia de público cada fin de semana. Según comenta la diputada Olivera, el tema "en los últimos años el tema ha hecho crisis y pone en peligro tanto a los asistentes a los espectáculos como a los jugadores, en todas las canchas del país".
Olivera comenta que el Plan Estadio Seguro no ha logrado cambios. "En octubre del 2022, planteamos a la jefa organismo, Pamela Venegas, que urgían modificaciones para recuperar seguridad de estadios. Pero después 6 meses, y tras nuevos hechos de violencia, descubrimos que no había cambios", precisa.
"Finalmente, el ministro del Deporte señaló que el plan Estadio Seguro en realidad no tiene facultades ni de fiscalización ni de sancionar respecto a lo que ocurre en un partido de fútbol. Por otro lado, los clubes, que son quienes deben invertir en seguridad, simplemente se han desligado de su responsabilidad", cerró.
¿Quedan opciones para el fútbol barrial?
Olivera dice que "es bastante complicado regular el fútbol amateur porque se requiere un cambio cultural, pero mientras no avancemos en el fútbol profesional no tenemos ninguna posibilidad".
Sin embargo, sostiene que "se puede avanzar con los organizadores de los espectáculos, con las diferentes ligas para que exista un ente responsable con incentivos que busquen mantener el orden en cada encuentro, un trabajo con los más jóvenes, involucrar a otros organismos, etc. Lo importante es discutir el tema y no seguir en el actual escenario".
Para Celedón, "quizás llegó el momento de aplicar sistemas de controles más adecuados, ampliar las medidas de restricción de ingreso a los estadios, implementar lo que la misma ley indica "el sector de animación" para las barras, coordinación más adecuada entre todos los organismos, representantes de las barras a cargo de las mismas, etc".
"También es importante manejar de manera adecuada, no solo el registro de los asistentes, socios, asistentes a los estadios, sino el control de admisión producto de sanciones, aumentando las sanciones para casos específicos", cerró.
Pese a que hay ideas e iniciativas sobre la mesa, el fútbol de barrio representa una complejidad mayor. "Son miles de partidos los que se juegan los fines de semana, es básicamente impracticable tener un control", plantea Valdivia. Incluso, al desarrollarse estos eventos en cualquier lugar de una comuna, ve difícil que un municipio tenga real capacidad de intervenir.
"Si una municipalidad tomara parte en esto, tendría que ser respecto a los daños, pero no respecto de las agresiones, lesiones o muerte, porque éstas, indistintamente donde se generen, están acotadas al código procesal penal. Da lo mismo donde se genere, siempre será la misma agresión", precisa el coronel (r).