En medio del cambio climático y de las intensas olas de calor que se han registrado durante este año en diversas partes de América del Sur, un estudio dio a conocer cuáles son las comunas de la Región Metropolitana que más se han visto afectadas por este tipo de fenómenos.
Se trata de un análisis llevado a cabo por Corporación Ciudades, el que recopiló información de los últimos 10 años y consideró como "ola de calor" toda vez que la temperatura máxima diaria se ubicó dentro del 10% de mayor temperatura por tres o más días consecutivos en cualquier época del año. Esto, con el fin de alertar la importancia de considerar los factores climáticos en la planificación urbana.
En ese sentido, el estudio reveló que el
sector norponiente de la capital es el que ha registrado las más altas temperaturas, destacando particularmente la comuna de
Quilicura.
En detalle, el periodo con más olas de calor fue el verano de 2019-2020, registrándose seis en total. Y dentro de este lapso de tiempo, el 26 de enero del 2020 fue el día que registró la más alta temperatura: 39,7° en Quilicura, 39,1° en Renca, 38,9° en Cerrillos, 38,6° en Pudahuel, 38,0° en Cerro Navia y 37,9° en Conchalí.
Allí, de las comunas y unidades vecinales más afectadas por la ola de calor con temperatura peak en esa fecha, el 57% de las comunas del Gran Santiago –20 de 35– presentaron más del 75% de sus unidades vecinales afectadas por temperaturas por sobre el promedio.
En tanto, de esas 20 comunas se identificaron las unidades vecinales que presentaron la mayor cantidad de población damnificada, siendo dos (2) de San Bernardo, cuatro (4) de El Bosque, dos (2) de Quilicura, una (1) de Lo Prado y una (1) de San Joaquín.
Y de las 10 unidades vecinales con mayor densidad afectada por los efectos generados por ola de calor del año 2020, la comuna de Lo Prado presentó la que alberga la mayor cantidad de personas, mientras que El Bosque es la comuna que en su totalidad tiene una mayor cantidad de población afectada (10.507 habitantes por hectárea).
Con lo anterior,
Martín Andrade, director ejecutivo de Corporación Ciudades, manifestó que "este estudio nos ratifica la necesidad de incorporar las variables de alzas de temperaturas asociadas al cambio climático dentro de la planificación urbana, pues este fenómeno afecta directamente el bienestar y la salud de las personas, especialmente adultos mayores y niños".
"Cambios en la morfología urbana y una cobertura vegetal sustentable, acorde al clima de cada ciudad, son decisiones que se deben explorar para lograr bajar en algunos grados la temperatura de las zonas más expuestas", agregó.
Asimismo, sostuvo que "con este trabajo esperamos orientar dónde deben priorizarse las intervenciones para disminuir la temperatura en el Gran Santiago, y por tanto hoy nos encontramos buscando alianzas con entidades públicas y privadas y de la sociedad civil que puedan materializar acciones en los entornos de estas familias".
