El empresario Rudy Basualdo.
El Mercurio
Una casa de seguridad en Barrancas, en la localidad de la Isla Guindo, de la comuna de
Santa Cruz, fue uno de los centros de operaciones en el secuestro del empresario de Rancagua
Rudy Basualdo (50), ocurrido el 8 de noviembre pasado.
Y, a casi un mes del plagio, personal del
OS9 de Carabineros incautó parte del dinero que habría sido pagado por su rescate en el departamento de una ciudadana venezolana, en Estación Central."En su billetera se habría encontrado la suma de $700 mil, de los cuales
$300 mil serían parte del dinero del rescate", consigna un documento incorporado a la causa. También se determinó que en esa vivienda se habría planificado el delito.
Además del dinero, "se habría encontrado en poder de ella 28 gramos 200 miligramos de clorhidrato de cocaína, más miligramos de quetiapina, sin contar con la autorización para su posesión, además de balanzas y bolsas transparentes".
La indagatoria que dirige la Fiscalía Regional de O'Higgins estableció, asimismo, que hace meses "una organización criminal" de extranjeros,
"entre venezolanos y un colombiano (...) y otros aún no individualizados", operaron mediante "una estructura estable y permanente en el tiempo, todos con un fin común y compartido por sus miembros, en este caso, secuestrar a la víctima".
Después de ser plagiada, la víctima fue
trasladada a la casa de seguridad de Santa Cruz, de acuerdo a las pesquisas, y luego los secuestradores comenzaron a extorsionar a su familia, solicitando dinero "por su rescate, bajo la amenaza de matarlo en caso de no acceder a dicha exigencia".
Seguimiento de la víctima y su familia
Según los mismos antecedentes reunidos en el caso, los investigadores
pudieron reconstruir gran parte de los hechos previos y posteriores al secuestro.
Así, determinaron que "esta organización se proveyó de los medios necesarios para asegurar el secuestro, seguimiento de la víctima, su familia, su entorno laboral, para reunirse y concertarse a las horas previas del secuestro, vehículos para transportarse al sector del secuestro, trasladar a la víctima a la casa de seguridad, y dar la cobertura necesaria para la realización del delito y, posteriormente, un lugar donde recibir el pago del rescate y luego repartirse el dinero obtenido".
Igualmente, existe información en la indagatoria de la complicidad de terceros, que no son parte de la banda. En específico, de un trabajador de la empresa Multifierro SpA, de propiedad de la víctima.
Días antes del secuestro, este empleado envía fotos y grabaciones sobre los accesos a la empresa y la ubicación de las cámaras de seguridad, de oficinas y de otros trabajadores. Todo para que los imputados "pudieran identificar a la víctima, sustraer celulares de trabajadores y materializar el secuestro".