"Crisis educativa" es el término que reflotó entre académicos, legisladores y autoridades, desde lo ocurrido el segundo semestre en Atacama. Y aunque el paro de más de 80 días en los establecimientos del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de la región fue lo que lo detonó, se ha extendido una preocupación general por el sistema escolar, vinculada también a los alumnos desertores y a quienes no asisten a clases y rinden exámenes libres. Con ello, emergen otros problemas que debe enfrentar la administración del ministro de Educación, Nicolás Cataldo (PC), tras la salida de Jaime Veas como director de Educación Pública, y el nombramiento del también socialista Rodrigo Egaña, quien asumió oficialmente el cargo el viernes. El Ministerio de Educación (Mineduc) informó que 50.814 estudiantes que estaban matriculados en 2022 no se inscribieron este año en ninguna escuela. Aquello representa un aumento de 0,2% respecto del año pasado, cuando también hubo más de 50 mil niños y adolescentes en la misma situación y quedaron en riesgo de quedar excluidos del sistema. La cartera valoró la reincorporación de 17 mil estudiantes, por ejemplo, con estrategias como los revinculadores, que van a buscar a los alumnos a sus hogares, de ser necesario. Sin embargo, también han aumentado los apoderados que dicen no encontrar colegios para sus hijos en sus respectivas regiones, sobre todo en las extremas.