Concluido el paro, el regreso a clases en Atacama ha sido parcial, con turnos y con días administrativos.
El Mercurio
Debido a la crisis educativa que afecta a la Región de Atacama y que mantuvo a los profesores paralizados por varios meses, la organización Escuelas Abiertas denunció a través de un comunicado intransigencias al Colegio de Profesores y daños socioemocionales en estudiantes.
La entidad visitó diversos colegios en Copiapó y Tierra Amarilla, los que principalmente reciben alumnos de familias de bajos recursos y en situación de vulnerabilidad. Los establecimientos que han logrado retomar las clases tras tres meses de paralización han tenido un regreso parcial y por sistema de turnos, dejando los lunes y viernes para trabajo administrativo, detallan.
También se reunieron con directores de colegios adheridos al paro, pero que sus establecimientos están en buenas condiciones. "Ellos y sus administrativos están con toda la disposición para sacar los alumnos adelante,
pero se han visto de manos atadas ante la intransigencia del Colegio de Profesores", denuncian.
"El director de la Escuela Vicente Sepúlveda Rojo observa que la realidad hoy es que el poder tácito está en los profesores. La mayoría de ellos siguieron recibiendo su sueldo y además, durante el paro trabajaron como Uber o haciendo clases particulares a sus propios alumnos. Esto se suma a negligencias en la implementación del SLEP de Atacama. Acá no se respondió a las demandas territoriales y le dieron cargos a gente poco capacitada. Los recursos están pero no están bien ejecutados", acusan.
Otro director de un colegio comentó a Escuelas Abiertas que la política del Colegio de Profesores del "todos o ninguno" ocasionó un "daño irreparable a los derechos de los alumnos".
"Voy a recibir estudiantes de primero medio con conocimientos de cuarto básico debido a los paros e interrupciones de los últimos cuatro años. Mi colegio está en muy buenas condiciones, por lo que no se justifica que los más de 1000 alumnos que asisten estén sin clases", manifiesta un testimonio. Lo anterior, ha traído consigo un alza en embarazos adolescentes por "la falta de regularidad en la asistencia a clases y la ausencia de sistemas de control".
Apoderados de la zona reclaman que los alumnos están con problemas socioemocionales y han retrocedido en aprendizajes. "Mi hija de cuarto medio cayó en depresión por no asistir a clases y no pudo dar la PAES, no sabe que va a ser de su futuro le falta motivación", relató una madre.
Otras apoderadas dicen que han tenido que agregar gastos adicionales para costear el cuidado de sus hijos. "Incluso algunas han tenido que llevar a sus hijos pequeños a sus trabajos, ya que no pueden dejarlos solos y ellas no pueden arriesgarse a perder su empleo", señala la organización.
Valentina Rebolledo, integrante de Escuelas Abiertas declara: "Esto se trata de poner el interés mayor de los niños y estudiantes en el centro, y que este no se vea coaptado por intereses gremiales ni políticos. Lamentablemente en Chile se normalizó el cierre de escuelas, y una vez más los sectores vulnerables son los grandes perjudicados. Estamos ante una generación con desconocimiento académico e incertidumbre respecto al futuro.
En tanto, María Teresa Romero, también de la organización, subraya: "Los niños están siendo capturados por un grupo del Colegio de Profesores y por una mala gestión pública. Lo preocupante es que esto se puede extender y aparecer nuevos focos a los largo de Chile".
Ambas esperan que la situación no vuelva a repetirse a partir de marzo de 2024.