Un contraste de opiniones generó el anuncio del ministro de Educación, Nicolás Cataldo, sobre el adelanto de vacaciones de invierno para 2024. En concreto, el receso escolar comenzará el 24 de junio, a diferencia de lo que ocurrió este año, entre el 3 de julio y el 14 de ese mes.
"En el ánimo de resguardar, primero, la integridad de la salud de nuestros estudiantes, y segundo, de asegurarnos la mayor cantidad de tiempo en procesos formativos para poder asegurarnos que los aprendizajes ocurran, es que hemos tomado esta decisión de adelantar en las vacaciones de invierno
para que sea más armónico con lo que hoy día está ocurriendo en materia epidemiológica en nuestro país pospandemia", argumentó el ministro sobre la decisión, remarcando que "no es una definición arbitraria".
Cataldo agregó que la determinación aplicará para los centros educativos "públicos y con subvención del Estado", aunque los establecimientos particulares pueden adecuarse a las fechas.
Y pese a que la alternativa ya se barajado este año, de todas formas la medida ha generado distintas reacciones. Para algunos, se trata de una "actitud proactiva" por parte de la autoridad, mientras que otras voces plantean que "es una medida apresurada", o que incluso, no generaría un impacto significativo para enfrentar el alza de contagios.
El debate entre los expertos
Una de las voces que celebró la decisión fue el doctor Luis Castillo, decano de la facultad de ciencias de la salud de U. Autónoma y ex subsecretario de Redes Asistenciales, quien plantea que la medida da cuenta de una "actitud proactiva" por parte de las autoridades, "en términos de que están planificando de acuerdo a lo que sucede todos los años; me parece bien que lo programen con antelación".
Por el contraste, el
infectólogo y Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, Carlos Pérez, planteó a Radio Cooperativa que puede ser "un poco aventurado adelantarse a cuál será la situación epidemiológica este año. Es bastante predecir exactamente en qué momento serán los peak, y muchas veces, son incluso anteriores al mes de junio. Este año muchos niños se expusieron a estos virus y probablemente van a tener un grado de inmunidad".
En tanto, el infectólogo de la Universidad de Chile, Pablo Torres, plantea que esta medida "no es tan relevante para enfrentar el peak de infecciones respiratorias virales durante el invierno, porque la forma de poder precisar ese peak, porque la forma de poder precisar ese peak desde ya hacia el próximo año, puede tener un margen de error muy grande". Esto, porque las mayores certezas se podrían obtener hacia el mes de marzo o abril.
"Además, es una situación dinámica que puede ser distinta en otros puntos del país que tienen climas distintos", acotó.
Ante las dudas por el momento en que se dará el peak, Castillo, por su parte, comenta que "el adelantar las vacaciones no tiene que ver con el peak, no hay una correlación con eso, sino que con un aumento de la circulación viral que puede ocurrir antes de lo que sucede habitualmente".
"Esto recoge parte de la experiencia en el hemisferio norte, donde han tenido circulación de virus mucho antes de lo que sucedía previo al covid-19. Algo similar pasó acá en Chile este año, cuando vimos el incremento de circulación del virus sincicial", precisó. En ese sentido, no descartó que el aumento de la circulación viral, en 2024, se produzca "un mes antes que en los últimos años".
Situación en Magallanes
Tal como se constató durante la pandemia, la región de Magallanes opera como una "región predictiva" de lo que podrá ocurrir en el resto del país. "En general, el peak en Magallanes se da un tiempo antes que en el resto de Chile, de unas dos a tres semanas", señala a Emol el médico infectólogo de la Universidad de Magallanes, Rodrigo Muñoz.
En ese sentido, agrega que "es difícil predecir lo que va a pasar y que comportamiento van a tener los virus respiratorios. Se espera que este año tengan un comportamiento más parecido a lo que veíamos pre-pandemia, pero muchas veces lo que pasa en el centro del país no es aplicable a Magallanes".
Por su parte, el doctor Castillo plantea que los dos extremos del país, Arica y Magallanes, deberían tener "miradas epidemiológicas distintas, no obstante, ellos tienen las herramientas epidemiológicas suficientes como para ir monitorizando en qué momento proceder a las vacaciones o al adelanto de éstas".
Con todo, el infectólogo Torres comenta que más que este tipo de medidas, sería más relevante que la autoridad sanitaria "avance hacia estrategias de prevención del virus respiratorio sincicial, que afecta principalmente a los niños en invierno. De hecho, el uso de anticuerpos monoclonales específicos, podría cambiar el curso de la campaña de invierno y las curvas de infección, si bien no serían cero, bajarían de manera significativa".