Este domingo, la opción En Contra se impuso por un 55% de los votos versus un 44% para el A Favor. De esta manera, y luego de dos plebiscitos constitucionales, la actual Carta Magna continuará vigente, y a juicio de varios expertos, queda consolidada.
No obstante, para llegar a este punto, ha existido un largo recorrido. Y es que el debate constitucional no sólo ha estado marcado -quizás sí agudizado- en los últimos cuatro años, a raíz del estallido social, sino que ya han existido varios procesos de reformas y cambios a la Constitución del '80, aquella cuestionada por su legitimidad de origen, al ser hecha "por cuatro generales".
En 1989, antes del retorno a la democracia y un año después del triunfo del "No", se realizó un plebiscito para aprobar un paquete de 54 reformas a la Constitución de 1980, propuestas que fueron acordadas entre las fuerzas opositoras y la dictadura. Un 85,7% de los votantes aprobó las reformas que daban paso a las
condiciones mínimas para el establecimiento de una nueva democracia.
Entre los elementos reformados en ese entonces se avanzó en aspectos como la eliminación de la facultad presidencial de disolver la Cámara de Diputados; establecer como deber de los órganos del Estado respetar y promover los derechos esenciales de las personas; la vinculación a los tratados internacionales en materia de derechos humanos; y la derogación del artículo 8 sobre prohibición de existencia de partidos por razones ideológicas.
En ese entonces, se había puesto sobre la mesa la idea de eliminar a los senadores designados y vitalicios, pero la idea no pudo avanzar sino hasta 2005, durante el gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos, con la segunda gran reforma a la Carta Fundamental del '80. Se trata de la Ley 20.050, que introdujo 54 modificaciones constitucionales aprobadas en sesión del Congreso Pleno.
Con dicha reforma, no sólo fue el fin de los senadores designados y vitalicios, sino que también se zanjó la eliminación del rol de "garantes de la institucionalidad" de las Fuerzas Armadas; se puso fin al carácter de inamovibles de los comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, se redujo el periodo presidencial de 6 a 4 años sin reelección inmediata, y se aumentaron las facultades fiscalizadoras de la Cámara de Diputados, entre otras disposiciones.
"Tenemos hoy por fin una Constitución democrática, acorde con el espíritu de Chile, del alma permanente de Chile", dijo Lagos una vez que la reforma fue publicada en el Diario Oficial. El ex Mandatario, destacó en esa oportunidad que los ajustes permitieron "sacar los enclaves autoritarios aquellos enclaves abiertamente propios de una dictadura".
Pese a que la llamada "Constitución de Lagos", había sacado -en sus palabras- "los enclaves" de la dictadura, en 2009 el ex Presidente y entonces candidato presidencial, Eduardo Frei, propuso en su programa de gobierno la creación de una comisión que estudiara una nueva Constitución. Pero Frei perdió la elección ante el ex Presidente Sebastián Piñera.
En las elecciones de 2013, ya habían surgido algunos movimientos ciudadanos como "Marca tu voto", que llamaban a marcar "AC" en la papeleta para las presidenciales. El guante lo recogió entonces la ex Presidenta Michelle Bachelet, quien llegaba a su segundo gobierno con la aventura de iniciar un proceso constituyente que incluyó cabildos y encuentros locales, donde participaron poco más de 200 mil personal. En 2018, la ex Mandataria entregó al Congreso la propuesta de nuevo texto, el que nunca fue tramitado.
En 2019, llegó el estallido social, y con Sebastián Piñera en su segundo gobierno, los partidos políticos acordaron una salida institucional a la crisis: el Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución, que dio paso a dos procesos constitucionales desde entonces. Primero, la fallida ex Convención Constitucional, donde la propuesta fue rechazada, y el Consejo Constitucional, cuya propuesta de hoy recibió el "En Contra" de la ciudadanía. Entonces, y tras todo este recorrido ¿en qué pie queda la actual Carta Magna?
"Ratificada y legitimada" tras dos plebiscitos
Para Mauricio Morales, analista político y académico de la U. de Talca, en este punto y a la luz de los resultados, "la Constitución queda ratificada, legitimada, y validada desde toda perspectiva. Esta Constitución habría derrotado a dos propuestas constitucionales, transformándose en un texto imbatible que, si bien requiere de reformas, demuestra su solidez y, de paso, confirma que la Constitución nunca fue un problema en Chile".
"La Constitución queda ratificada, legitimada, y validada desde toda perspectiva. Esta Constitución habría derrotado a dos propuestas constitucionales, transformándose en un texto imbatible que, si bien requiere de reformas, demuestra su solidez y, de paso, confirma que la Constitución nunca fue un problema en Chile".
Mauricio Morales, analista político U. de Talca
"La élite sostuvo que el problema de Chile era la Constitución, en circunstancias de que el problema real era la desidia de esa élite para sacar la legislación en salud, educación, pensiones y abusos hacia los ciudadanos por parte de privados. Se quiso tratar una depresión con antibióticos. El resultado fue desastroso", comentó.
Para Marco Moreno, analista político y académico de la Universidad Central, lo que hace el Plebiscito es "legitimar estas reglas del juego", recordando que "el cuestionamiento de base que ha tenido la actual Carta Magna es la legitimidad de origen, por la manera en que fue hecha entre cuatro generales, no ratificada".
Por lo tanto, en este escenario de ganar el En Contra, "querría decir entonces que este texto constitucional, ya no tendría el problema de legitimidad de origen, porque ésta sería refrendada este Plebiscito".
Miguel Ángel López, analista político de la Universidad de Chile, comenta que con el triunfo el En Contra y como no existe ninguna propuesta concreta para un tercer proceso, "la Constitución del '80 y reformada el 2005, queda automáticamente vigente (...) y por lo mismo, si es que se decidiera realizar un tercer proceso, el Parlamento deberá buscar una reforma a la Constitución actual".
En la misma línea, Pepe Auth, ex diputado y analista electoral, plantea que "está tan agotada la población, está tan alejada de la voluntad de cambio que dominó la escena entre 2019 y 2021, que en verdad cualquier candidato presidencial que plantee un nuevo proceso constituyente va a ser repudiado por varios años y obviamente la Constitución vigente tiene más consensos políticos que la propuesta, porque la Constitución propuesta tiene el apoyo de republicanos y de Chile Vamos que la elaboró y algunas formaciones de centro".
"Pero la vigente tiene también el apoyo de republicanos y Chile Vamos, y ahora de la centroizquierda que recuperó el habla y defiende lo hecho y la izquierda radical que tiene que reconocer que ya no era la Constitución de Pinochet. Entonces el consenso político sobre la Constitución vigente es mucho mayor que el que puede tener la Constitución propuesta, sin duda alguna, desde ese punto de vista la estabilidad del país está más asegurada si se ratifica la Constitución vigente, porque es de unidad hoy", cerró.
Para Alejandro San Francisco, analista político y académico de la USS, la "legitimidad de la Constitución puede ser siempre discutible, porque se ha ido legitimando en diversas ocasiones el orden constitucional. Se hizo en el '89, en el 2005, de mantera tal, que discutir la legitimidad va a ser posible entre quienes quieran hacerlo, o se va a reconocer la legitimidad de la Carta Constitucional que rige desde el Gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos", comentó.