Durante las últimas semanas, los hallazgos de cadáveres en zonas rurales han alterado la calma de sectores que hasta hace poco se sentían alejados del aumento de la violencia con la que ocurren los crímenes en el país, en medio de la crisis de seguridad.
Entre los casos registrados está el del pasado 1 de diciembre, cuando se encontró un cadáver en el sector de Forestal, en la parte alta de Viña del Mar, mientras que también se encontró un cráneo humano en la parte alta del Cerro Mariposas, en Valparaíso.
El 6 de diciembre se halló un cuerpo al costado de la ex Autopista del Sol (hoy Ruta 78), ubicado en la comuna de Talagante, Región Metropolitana. El cadáver estaba cubierto por frazadas y amarrado con cables. Las diligencias del caso las encabezó el Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) de la Fiscalía.
Otro caso se registró el 29 de diciembre, en Rinconada de Maipú, sector rural
donde se hallaron dos cuerpos, y según detalló el fiscal Gamal Massu, de la Fiscalía ECOH, uno de ellos tenía impactos balísticos.
Esa jornada, el jefe comunal, Tomás Vodanovic (RD), sostuvo que "el sector rural de Maipú siempre se caracterizó por ser un sector tranquilo para muchas familias, trabajadores, honestos, que hace muchos años viven allí, y evidentemente este tipo de crímenes altera por completo esa calma y genera una sensación de inseguridad muy grande en los vecinos y vecinas de nuestra comuna".
El nuevo año también inició con un hecho de similares características. El jueves, la calma se vio alterada en la comuna de Curacaví, luego que se hallara un cuerpo de sexo masculino en un canal de regadío. Según detalló el subcomisario Mario Jara, de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la PDI, se estaban realizando las pericias para detectar si el cadáver tenía lesiones atribuibles a terceros, y precisó que el cuerpo estaba en estado de putrefacción, "con una data aproximada de cuatro a cinco días de fallecido".
Según comentó a Emol el alcalde de Curacaví, Juan Pablo Barros, el tema es "de gran preocupación" en la zona, "porque si bien en los casos anteriores no han sido vecinos de la comuna los fallecidos, estas situaciones significan que hay delincuentes peligrosos, que han cometido homicidios, que circulan por Curacaví, lo que inquieta a la comunidad".
Asimismo, acusó que "estas situaciones han sido habituales en comunas rurales por la existencia de sectores más aislados, pero no hemos visto una estrategia para abordarlo de parte del Gobierno".
¿Hay vinculación con el crimen organizado?
En conversación con este medio, distintas voces expertas en seguridad analizan la recurrencia de estos hechos y pese a que señalan que es muy pronto para dar cuenta de una tendencia, precisan que hay dos factores que podrían estar involucrados: el aumento de la violencia en la comisión de delitos, de la mano de la presencia y expansión del crimen organizado.
Para Pilar Lizana, investigadora de AthenaLab, el hallazgo de cadáveres en la vía pública "es, de todas maneras, una muestra del aumento de la violencia criminal".
"Constituye una expansión de las bandas criminales, donde encuentran mayor facilidad para dejar los cadáveres, o derechamente, para mandar señales de posesión territorial respecto de otras bandas".
Luis Toledo, director Cescro USS
La experta comenta que en países como México, los grupos mantienen ciertos códigos y comportamientos, como degollar o colgar los cuerpos. No obstante, subraya que "no diría que en Chile se está replicando alguna costumbre de otro país, lo que sí, de todas maneras, es que estos hallazgos son una muestra de la consolidación del crimen organizado nacional".
En la misma línea, el ex fiscal y director del Centro de Estudios para la Acción y Prevención en Seguridad Pública y Crimen Organizado (Cescro) de la Universidad San Sebastián, Luis Toledo, comenta que si bien hay que evaluar los antecedentes de los casos registrados, es cierto que en la literatura internacional está registrado que en países como Colombia y México, "el hallazgo de cadáveres en la vía pública, o el desmembramiento de cadáveres, respecto de las organizaciones criminales, constituye en algunos casos la demarcación de territorios y contribuye a dar una señal de poder respecto de bandas rivales".
Consultado por las razones por las que algunos grupos decidirían arrojar cuerpos en una zona rural, el ex persecutor comenta que esto "constituye una expansión de las bandas criminales, donde encuentran mayor facilidad para dejar los cadáveres, o derechamente, para mandar señales de posesión territorial respecto de otras bandas".
De hecho, Toledo recalca que este tipo de situaciones ya se habían presentado en zonas rurales de la Región de Valparaíso, y en la Región de Atacama, "donde los crímenes eran cada vez más violentos, dejando tirados los cadáveres en la zona de Copiapó; por lo que es un fenómeno en expansión ahora dentro de los territorios de la RM, y que sí puede tener una vinculación directa con la presencia del crimen organizado".
Por su parte, Pablo Galain, docente y experto en seguridad de la Universidad Andrés Bello, sostiene que la existencia de cadáveres en zonas rurales "no tiene por qué significar que eso sea acción del crimen organizado, pueden ser situaciones esporádicas. Hay que ver si hay cementerios clandestinos o fosas comunes, las que suelen ser muy comunes en épocas de extrema violencia".
El investigador sostiene que estos hallazgos esporádicos, eso sí, podrían dar cuenta de "enfrentamientos entre bandas, con la desaparición del cuerpo, técnica que se utilizaba en la dictadura por parte de grupos paramilitares, pero que se ve en países como Colombia en el peor momento de su conflicto interno armado, o en México, al día de hoy, producto de la guerra contra las drogas, en su escalada más grande".
"Puede responder a muchas cuestiones. No es un síntoma en sí mismo de la existencia del crimen organizado, pero sí de recrudecimiento de la violencia, entre bandas, o fuerzas policiales, pero nada de esto todavía ha llegado a Chile. Si hubieran fosas comunes, ahí sí tenemos un síntoma", precisó.