La Comisión de la Mujer y Equidad de Género del pasado 3 de enero terminó de sesionar de manera muy distinta a otras ocasiones. La pena reinaba en el ambiente y las parlamentarias, muy afectadas, escuchaban atentamente el crudo relato de una mujer que exige que la muerte de su hija se esclarezca judicialmente.
Aquella mujer es María Paz Figueroa, madre de Ángela Figuera, joven de 23 años, dibujante arquitectónica y estudiante de segundo año de Diseño Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso que el 17 de diciembre, mismo día del Plebiscito de salida, cayó desde un decimoprimer piso de un edificio de calle Arlegui en Viña del Mar.
La primera hipótesis de la muerte declarada por la PDI fue suicidio. Algo que la familia y sus amigos no creen desde el primer momento.
"Ángela era una niña feliz, mi hija era feliz. Tenía sueños, proyectos. Cuando me llegó el informe de notas que me lo mandaron de la universidad, eran notas buenísimas. Mi hija quería vivir totalmente. En toda la familia era el alma de la fiesta, muy contenta, llena de sueños y viajes", describe
Ariel Figueroa, su padre.
Ariel cuenta que vio por última vez a su hija el viernes anterior a su fallecimiento, el 15 de diciembre en Papudo, lugar donde Ángela creció antes de partir a Viña del Mar para estudiar. "Nos juntamos, nos reunimos y quedamos que el domingo ella iba a estar acá porque veníamos a votar, como votamos los dos en la misma mesa".
Ese día también vio a su madre. Juntas celebraron su buen año universitario que le permitió pasar a tercer año de su segunda carrera. "Incluso me cuenta, me dice, 'mamá, ahora se terminó la gratuidad', solamente le quedaba un semestre. Y me dice 'no importa, porque yo postulé al CAE'", comenta frente a las parlamentarias de la comisión. "Y yo le comento, le digo, Ángela, '¿de qué te preocupas? Si a ti nunca te ha faltado nada, nosotros siempre te lo vamos a entregar todo'. Siempre le recalcamos a ella de que sólo tenía que preocuparse de estudiar y salir adelante porque esas eran las herramientas que nosotros le podíamos entregar".
Ángela y María Paz continuaron hablando sobre la Navidad. La joven mostraba su entusiasmo por estas fechas de fin de año contándole a su madre que había comprado luces nuevas para su árbol navideño que tenía en Viña del Mar, en el departamento que vivía junto a su pareja, Fabián Araya.
Quien también estuvo con Ángela ese viernes fue Vicente Cisternas, su primo. "Éramos como hermanos", aclara. "Yo estuve con ella en la noche y estaba súper contenta. Ella estaba tocando ukelele y yo la guitarra. Estábamos súper contentos ambos, tocando, cantando y conversando". Ángela pasaría la noche allí junto a sus tíos, con la idea de quedarse todo el fin de semana en la comuna litoral de Petorca.
Todo cambió el sábado de manera abrupta. Por razones que la familia aún no se explica, Ángela Figueroa tomó su maleta y se devolvió de manera repentina a Viña del Mar. "No sabemos por qué. No le avisó a nadie, se fue sola. De un momento a otro aparece en Viña", afirma Vicente.
Desde octubre de 2023, Ángela vivía junto al abogado Fabián Araya (27) en el edificio Nueva Arlegui, luego de una corta relación que inició en junio. Anteriormente, y por dos años, Ángela residió en la Ciudad Jardín junto a Andrea Pizarro, amiga de la infancia, vecina y compañera de colegio. "Yo la última vez que hablé y vi a Ángela fue el 30 de octubre del 2023. Bueno, básicamente nosotros nos separamos en su mayor parte y culpa por su pareja", expone.
La amiga acusa que Ángela cambió de actitud luego de emparejarse con Araya, lo que afectó a sus relaciones con varias amistades y en su asistencia a la universidad. "Ella siempre iba a la universidad, siempre, aunque no tuviera nada que hacer. Era súper responsable con sus trabajos y asistencia. Y de a poco, desde que empezó a conocer a este chico, empezó a faltar a la universidad. Ya no iba, se quedaba en el departamento", señala.
"También (cambió) su forma de ser, ya que sólo estaba con él. Igual nosotros teníamos una relación súper bonita en nuestro departamento. Comíamos juntas cuando llegábamos de la universidad, nos comentábamos las cosas que pasaban. Y desde que empezó a estar con este chico ya pasaba más encerrada con él. Como que toda su vida se fue en torno a él", añade Pizarro. Las críticas de sus amigas hacia su relación con Fabián fue lo que derivó en el distanciamiento de Ángela.
Sus cercanos declaran que su noviazgo era conflictivo, de mucho control hacia ella "y de reacciones extrañas", como dice Andrea. Vicente Cisternas detalla que Ángela comenzó a borrar a sus contactos hombres de las redes sociales: "Tengo entendido que empezó a borrar a sus ex parejas, empezó a bloquear a sus amigos, pero siempre como enfocada en los amigos, como amigos hombres".
Fabián fue la última persona que vio con vida a Ángela Figueroa aquella noche del 17 de diciembre.
A las 4:50 de la madrugada, en el edificio Nueva Arlegui se escucha un fuerte estruendo. Sofía y Matías -cuyos apellidos solicitaron que fueran omitidos para esta crónica- se despiertan con el ruido. Residen en el mismo lugar, ellos en el piso 7, Ángela y Fabián en el 11. "Nos asustamos mucho: se notaba que había sido algo importante, pero como no escuchamos ningún ruido después, en el momento fue solo eso, no nos levantamos a investigar. Pensamos que se había caído un mueble o algo así", cuenta Sofía.
Y continúa: "Mi pareja se levantó y se asomó a mirar primero. Empezó a mirar a las calles para ver si estaban robando y de repente mira hacia abajo y ahí vio el cuerpo. Nunca me olvidaré de la cara que puso. Estaba en shock. Me dijo: 'hay una mujer abajo'. Llamamos al guardia para avisar, nos dijo que ya lo estaba viendo. Escuchamos unos sollozos de un hombre que estaba al lado del cuerpo, pero no era un llanto desesperado".
La familia de Ángela denuncia que los primeros en llegar al edificio fueron cercanos a Fabián. Ellos retiraron los objetos del abogado y embalaron en una bolsa de basura las pertenencias de la fallecida. "Él había retirado todos sus enseres del departamento. Nos pedían que retiráramos las cosas de nuestra sobrina por lo cual tuvimos ahí la posibilidad de acercarnos al departamento", indica Francisco Monasterios, hermano de Ariel Figueroa.
Veinte para las 07:00 de aquel domingo, el teléfono de María Paz suena. Era Carabineros quien le da la noticia del deceso de su hija. La madre, incrédula en un primer momento, comienza a llamar para confirmar la noticia. Entre su desesperación, logra ratificar el triste episodio con otras unidades policiales. También se comunica con su hermana y el padre de Ángela. Antes de las 8 de la mañana, María Paz llegó al edificio donde vivía su hija. Parte a pedirle explicaciones a Fabián de lo sucedido. "Él en ningún momento me dio la cara, se escondió detrás de su mamá, su hermana y su hermano y no me dio nada, ninguna explicación", asegura.
Dos carabineros se le acercaron y la trasladaron hasta una oficina donde habla con un oficial de la Policía de Investigaciones: "Llega PDI y empieza: 'tu hija se suicidó, tu hija se suicidó, tu hija se suicidó, tu hija se suicidó'. Me lo habrá dicho más de 50 veces. Mi hija, yo le dije, mi hija no se suicidó. Yo la tuve, yo la crié, yo conocí a mi hija".
La familia de Ángela reclama que las pericias no se hicieron correctamente desde el primer minuto. Acusan frialdad y poca empatía por parte de los funcionarios de la Brigada de Homicidios de la PDI que tomaron el caso. "Lo primero es lo deficitario de la reacción policial en cuanto a la noticia del crimen. Me refiero a la no concurrencia de manera oportuna al sitio de suceso, a las pericias correspondientes, toda vez que hubo una dilación de las pericias, lo cual conlleva evidentemente el retardo en el establecimiento de los hechos", plantea el abogado de los padres, Cristián Cáceres, mismo querellante del Caso Nayara Vit, la modelo brasileña que falleció en 2021 y cuyo proceso judicial mantiene en prisión a su entonces pareja, sindicado como homicida.
Cáceres asegura que hay muchas similitudes entre los casos de Ángela Figueroa y Nayara Vit. Además de errores en las primeras pericias, afirma que un grupo de personas cercanas a Fabián Araya ingresaron al departamento antes de la llegada de las policías para limpiarlo, y que existen indicios de violencia intrafamiliar en el departamento.
Entre esos rastros, está la presencia de pelos de Ángela por distintas partes del departamento, tal como constató su tío Francisco Monasterio cuando ingresó a éste la tarde del domingo. "Nos llamó mucho la atención tanto el cabello alrededor, como asimismo una huella de un zapato que estaba marcada en el cielo del departamento".
Esa noche, en el Instagram de Ángela, fue publicada una historia con un mensaje de despedida, donde pedía perdón a sus seres cercanos y solicitaba que no culparan a nadie, que esa decisión la tomó ella. Hoy en día, en su perfil de la red social se puede leer la descripción "viviré en sus corazones".
La familia insiste en que ella no escribió esos mensajes. De las pertenencias de Ángela, su celular fue el último en aparecer. En su vivienda no estaba. Sería hallado horas más tarde en la terraza de su vecino, en el piso 10.
El miércoles 20 y tras presiones de los familiares, la Fiscalía Regional de Valparaíso activó el protocolo femicidio y asignó el caso a una fiscal especializada en el área. Con esto, se ordenaron nuevas pericias al cuerpo de la víctima, que fue trasladado al Servicio Médico Legal de Santiago. Previamente, en la unidad de Valparaíso, sólo realizaron una autopsia por caída libre luego que se declarara la muerte por suicidio. Actualmente el Ministerio Público mantiene en proceso la causa, a la espera de los resultados de los exámenes.
Durante la redacción de esta crónica se trató de ubicar a Fabián Araya para tener su versión de los hechos. Lamentablemente, todas sus redes sociales fueron cerradas y su paradero es inubicable.
A los padres de Ángela, tras denunciar en la Comisión de la Mujer que se sentían solos, se les ofreció ayuda legal y psicológica por parte del Servicio Nacional de la Mujer, cuya directora Priscilla Carrasco fue parte de la instancia legislativa y escuchó el relato de María Paz y Ariel Figueroa.
Para 2024, Ángela Figueroa tenía planes. En su horizonte próximo estaba un viaje con su tía y primo a Brasil, y a mediano plazo una ida a Colombia junto a su madre. En lo profesional, la joven de 23 años, fanática de las aventuras, el maquillaje y de Ariana Grande, quería impulsar su línea de carteras, su inspiración para estudiar Diseño. Sueños y anhelos que se vieron truncados para siempre aquella madrugada del 17 de diciembre.
