Este miércoles, las autoridades del Ministerio del Interior, junto al Ministerio Público, presentaron el
Informe de Víctimas de Homicidios Consumados correspondiente al primer semestre de 2023, aunque incorpora datos desde 2018 en adelante.
En concreto, el documento detalla que en el primer semestre del año pasado, se registró una tasa de 3,2 víctimas de homicidios consumados cada 100 mil habitantes (633 personas), lo que marca una baja del -3,0% respecto al mismo periodo de 2022.
66,2% de las víctimas de homicidio consumado fue agredida en la vía pública en el primer semestre de 2023
Las regiones con las tasas más altas de asesinatos son Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, mientras que las comunas que lideran en este aspecto son Santiago, Arica, Viña del Mar, Antofagasta y Puente Alto.
Otros datos relevantes que arrojó el informe son que el 82,9% de las víctimas de homicidios consumados son de nacionalidad chilena y un 15,5% son de nacionalidad extranjera. No obstante, a partir del primer semestre de 2020 se observa una disminución de la participación de nacionalidad chilena en 11,4% (pasando de 93,9% en 2020 a 82,9% en 2023).
Además, el 52,9% de las víctimas de homicidios consumados fue agredida con arma de fuego, mientras que 30,6% con algún objeto cortopunzante, y el 66,2% de las víctimas de homicidios consumados fue agredida en la vía pública, mientras el 23,5% ocurrió en domicilio particular.
En conversación con Emol, expertos en seguridad desglosan los datos del informe y analizan las "señales de alerta" que dejan los datos, aunque cuestionan la posibilidad de establecer una "tendencia" a la baja, debido al escaso tiempo de comparación para el fenómeno.
De las "riñas" al homicidio en la vía pública
El ex subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, puso el foco en que en el informe entregado por las autoridades "no viene el contexto situacional de los homicidios".
Según precisó, "ese es el único dato que permite una aproximación de la causa de la evolución de los homicidios. Si los delitos que bajan son violencia intrafamiliar (VIF) e interpersonales y los de bandas y victima-victimario suben, el problema se está agravando aún cuando los números bajen".
"Aparece un asesinato simbólico, donde no sólo se elimina a una persona considerada como 'indeseable' por parte de una banda, sino que se manda también un mensaje, y eso es propio de la narcoestética, es decir, de la lucha por el territorio. Y eso ha sido el gran impacto que hemos sufrido en los últimos dos o tres años".
Mauricio Valdivia, doctor en Criminología
Sobre este tema, el
cientista político, doctor en Sociología y experto en temas de criminología de la U. Autónoma, Juan Castañeda, comenta que los reparos del ex subsecretario tienen una dimensión compleja, puesto que "uno no siempre puede acceder a ese tipo de información en las investigaciones policiales, al menos no como el común de los mortales. Es muy difícil que se entreguen todos esos datos en los informes policiales o acceder a las carpetas del Ministerio Público, por lo tanto, tener un contexto grande sobre cómo se producen este fenómeno es muy complejo".
Asimismo, abordó la baja del 3% entre el primer semestre del año pasado y el de 2022, y sostuvo que "desde el ámbito de estadística en criminología, no es muy relevante", puesto que "hay que ver tendencias de más largo plazo".
En cuanto al alto porcentaje de víctimas de homicidios en la vía pública, precisa que las jefaturas de las Brigadas de Homicidios de la PDI, "han ido detectando este incremento, donde el homicidio ya no se da en la esfera del hogar, sino que en el espacio público. Esa es una alerta y es muy grave respecto al fenómeno del delito, porque está demostrando que quien delinque ya no se limita al entorno del hogar, sino que en las calles, lo que al mismo tiempo, muestra que no hay mucho control, las policías no dan abasto".
Mauricio Valdivia, doctor en Criminología coincide con el diagnóstico de Castañeda respecto a la baja registrada entre los periodos comparados en el informe. "Para ver la realidad de los fenómenos hay que ver las tendencias, y eso se da en periodos de cinco a 10 años. Por eso mismo hubo cuestionamientos a la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) por cambiar preguntas".
De todas formas, comenta que hay un cambio en la forma en que se cometen los delitos, y la señal de ello es que antes había más imputados conocidos que ahora. "Antes se daban riñas, personas consumían alcohol, sacaban un arma blanca y se cometía un asesinato, ese era el autor conocido, y la mayoría de los delitos se aclaraban. Eso era hasta hasta 2018, donde además predominaba el uso del arma blanca", comentó.
No obstante, observa que desde 2019 en adelante, cambió tanto la frecuencia de los delitos como el tipo de delito, lo que implica que "aparece el autor desconocido", esto es "un robo con intimidación o el ajusticiamiento o sicariato". De hecho, en 2021 y 2022, comenta que predominó el uso del arma de fuego en este tipo de ilícitos.
En definitiva "aparece un asesinato simbólico, donde no sólo se elimina a una persona considerada como 'indeseable' por parte de una banda, sino que se manda también un mensaje, y eso es propio de la narcoestética, es decir, de la lucha por el territorio. Y eso ha sido el gran impacto que hemos sufrido en los últimos dos o tres años, con un incremento explosivo en el país".