EMOLTV

Reforma de pensiones abre debate sobre concepto de solidaridad: Visiones en discusión y voces que las defienden

Esto, a raíz de una carta enviada por el abogado Agustín Squella, quien problematiza sobre cuánta solidaridad debe existir en la propuesta del 6% de cotización adicional que será revisada por el Senado tras el receso legislativo.

31 de Enero de 2024 | 15:39 | Redactado por Daniela Toro, Emol.
imagen

La reforma previsional del Gobierno se continuará discutiendo en el Senado, tras el receso legislativo. Esto, tras ser aprobada la semana pasada en el Congreso, aunque sin sus ejes clave.

Aton / Archivo.
En medio de la discusión por la reforma previsional, aprobada en su idea de legislar la semana pasada en la Cámara de Diputados, aunque sin algunos ejes centrales -como la distribución del 3 y 3 en cotización adicional-; es que ha surgido un debate respecto al concepto de "solidaridad".

El sábado, el abogado y ex convencional, Agustín Squella, envió una carta a El Mercurio, donde planteó que "establecido que ninguna sociedad puede vivir sin solidaridad, la pregunta de fondo en materia previsional, según creo, es cuánta solidaridad debería verse reflejada en la distribución del 6% de cotización adicional futura".

Según comenta, este tema -que deberá ser revisado en el Senado al retorno del receso parlamentario-, no debería resolverse sobre la base de las encuestas que apuntan a "nada de solidaridad y todo a las cuentas individuales", sino que es "a través de la legislación y políticas públicas donde el Estado puede inducir solidaridad, y esta es una nueva oportunidad para ello".

Pal Fontaine: "Se observa una contradicción"


El planteamiento generó reacciones desde distintos ámbitos. El economista Paul Fontaine, por ejemplo, envió una carta al citado medio donde destacó la "contradicción" en ciertos sectores de derecha. "Se observa una contradicción entre aquellos partidarios de aplicar impuestos a la renta a los sueldos bajos y su negativa a que el 3% de las cotizaciones previsionales adicionales vayan a solidaridad", expresó. Lo anterior, porque "este 3% con cargos al empleador sería justamente un impuesto al trabajo, el cual gravaría desproporcionadamente a las rentas bajas, las cuales hoy están exentas de impuesto de primera categoría".

Felipe Widow: Se anula "su carácter personal"


El profesor de doctrina social de la iglesia de Derecho UC, Felipe Widow, también tomó las palabras de Squella para expresar algunos puntos en común y algunas discrepancias. Widow dice concordar con el ex convencional, pero discrepa "de la solución que propone el socialismo y sostiene el señor Squella. La auténtica solidaridad exige una atención personal al bien de otro, que no puede ser reemplazada por el Estado. Cuando el Estado impone 'solidaridad', anula su carácter personal y, por ello, confirma y profundiza la patología original", reflexionó.

En esa línea, propone "superar la reductiva dialéctica mercado/Estado", en pos de recuperar el sentido de comunidad. Para ello, propone abandonar "el fomento de una cultura de la autosatisfacción y el bienestar material (...) y reemplazarlo por una cultura del don, la justicia y la amistad".

Gerardo Varela: "Concepto mal entendido"


Por su parte, el abogado Gerardo Varela respondió a la carta de Squella apuntando a un "concepto mal entendido" en materia de solidaridad. Si bien concuerda en que todas las sociedades requieren de solidaridad, ya sea voluntaria u obligatoria (traducida en impuestos), sostiene que "lo que busca el Gobierno en su reforma previsional no es solidaridad, sino aumentar poder y politizar un sistema que hoy se maneja al margen de la política y conforme a sanas reglas técnicas".

Squella, por su parte, replicó el lunes que en Chile "faltan decisiones colectivas de solidaridad que vayan más allá del buen corazón y la caridad de algunas buenas personas y organizaciones. El otro punto es si el Estado, a través de políticas y decisiones normativas, puede o no inducir solidaridad. ¿Hay algún país democrático que no lo haga? Y no para asignar poder al Estado, sino para ir en ayuda de sectores vulnerables de la sociedad, esos que en el último tiempo, después de haber descendido, vuelven a crecer".

"Que cada cual se rasque con sus propias uñas no es un criterio ético aceptable para aplicar a la vida en común", remarcó Squella.

Ernesto Vargas Weil: Se necesita un cambio cultural


Otra voz que se sumó al debate fue Ernesto Vargas Weil, college assistant professor de Selwyn College, quien plantea que "más que dogmatismos sobre el rol del Estado o los privados, lo que toda sociedad necesita es evitar que sus instancias de solidaridad forzada sean capturadas por grupos que maximicen sus intereses a costa del resto".

"Parte de ello, requiere rescatar el lugar de la solidaridad privada en una sociedad moderna: la existencia de formas de redistribución arbitradas directamente por el Estado no tiene por qué excluir el rol de iniciativas privadas. Al contrario, es de interés público promover la solidaridad privada mediante políticas como incentivos tributarios para donaciones benéficas o tratamientos fiscales privilegiados para organizaciones sin fines de lucro. Sin embargo, con ello no basta. Se necesita un cambio cultural que promueva la 'virtud' que tanto valora Varela", zanjó.

Axel Kaiser: "Solidaridad pervertida


Este miércoles, el abogado y académico Axel Kaiser se sumó a las reflexiones sobre la solidaridad. En primer lugar, subrayando que ésta es "un acto espontáneo del espíritu humano, una virtud que refleja parte de lo más noble que somos capaces de exhibir. Por definición, siempre es voluntaria, pues deriva de nuestro encuentro y conexión con el destino de un otro que requiere ayuda".

Por otra parte, comenta que "hablar de que la redistribución violenta que hace el Estado con los recursos de terceras personas es 'solidaridad', constituye una perversión orwelliana del concepto, al punto en que éste pasa a significar totalmente lo contrario a su sentido original".

"Ni en pensiones, ni en ningún área, el aparato burocrático estatal, que funciona sobre la base de la coacción, puede exhibir solidaridad. Pensar lo contrario es caer en la trampa socialista que atribuye al Estado cualidades éticas exclusivas de individuos libres, lo cual inevitablemente conduce a justificar su creciente expansión y agresión sobre la libertad y propiedad de los ciudadanos", cerró.

Solidaridad, pero con estructuras claras


Consultada por este debate, la economista de la U. de Los Andes, Cecilia Cifuentes comenta a Emol que en esta discusión "semántica" sobre lo que es o no solidad, "el pago de impuestos, en función del nivel de ingresos, es finalmente una forma de contribuir o de pertenecer a una sociedad, y a través del gasto del Estado, vía política social, contribuir a una mayor igualdad de oportunidades, a una sociedad más cohesionada". Así que en ese sentido, la solidaridad 'obligada', comenta, "es un componente de la vida en sociedad que es bastante esencial".

"Si se requiere más o no, habría que analizar si es que el país está en condiciones de financiar mayores niveles de solidaridad hacia los jubilados actuales, y eso depende de qué se espera de las jubilaciones a futuro y los estudios muestran que el problema va a ser más grave. Entonces, considero que es injusto desde el punto de vista intergeneracional, pedirle un mayor esfuerzo a los contribuyentes actuales".

Cecilia Cifuentes, economista U. Andes
No obstante, comenta que es cierto que tiene que haber solidaridad en la política de seguridad social, y a su parecer eso no es discutible. "El tema es que ya hay solidaridad a través de la PGU, y de hecho, en los últimos cuatro años, el gasto de componente solidario se ha multiplicado por tres veces en términos reales, entonces sí hemos hecho un gran esfuerzo solidario en esta materia".

"Si se requiere más o no, habría que analizar si es que el país está en condiciones de financiar mayores niveles de solidaridad hacia los jubilados actuales, y eso depende de qué se espera de las jubilaciones a futuro y los estudios muestran que el problema va a ser más grave. Entonces, considero que es injusto desde el punto de vista intergeneracional, pedirle un mayor esfuerzo a los contribuyentes actuales", agrega.

Ahora bien, si se llegara a optar por más solidaridad, "el punto es ver cuál es la mejor manera de financiarlo", remarcando que no comparte la idea de poner más impuestos a los trabajadores formales a través de las cotizaciones de seguridad social. "Es un impuesto al trabajo formal, y no me parece razonable en estas circunstancias, creo que es mucho más razonable hacerlo a través de impuesto general", cerró.

Por su parte, Guillermo Larraín, académico de la Facultad de Economía y Negocios U. de Chile, comenta que en materia de la reforma previsional, si bien el acuerdo fue que aprobaba el 6% pero sin estructura aún, no es posible aún conocer cuánta solidaridad existirá.

"La pregunta es si es bueno que tenga solidaridad y yo estoy convencido de que sí. Lo que ocurre es que esa solidaridad debe estar bien estructurada. No cualquier sistema de reparto es solidario, porque como nos muestra la propia historia chilena, a veces los programas de solidaridad son cooptados por grupos con poder que le quitan la solidaridad que se quisiera", comentó.

Larraín añade que la propuesta de '3 y 3', "deja a todo el mundo algo que valora y finalmente debe aceptar algo que no valora, pero me parece un equilibrio razonable". No obstante, agrega que como toda la cotización va a subir gradualmente, "la pregunta es qué tiene que comenzar primero, si es la parte solidaria o de cuentas individuales, pero por la urgencia de los próximos 10 años, claramente debe comenzar antes el componente solidario".

Por otro lado, comenta que la única forma que tiene el Estado para garantizar la solidaridad es "obligando a que haya", y lo que puede hacer en esa línea "es discutir una serie de criterios que justifique que se utilice algún instrumento de política pública -impuestos generales o específicos- para ir en ayuda de determinados grupos que lo puedan solicitar. Eso es así con la PGU, nadie nos pregunta si queremos financiar eso o no. Yo no haría un gran punto de eso, siempre es así", comentó.

Lo anterior, agregó, considerando que evidentemente el Estado no puede suplantar la seguridad privada, y no se puede contar a priori con que aquello exista. De ahí que el Estado debe recurrir a métodos estatales y para eso se requiere una estructura que dé tranquilidad a la población.
cargando