La
Compañía General de Electricidad (CGE), que mantiene instalaciones y clientes desde la Región de Arica y Parinacota hasta la Región de La Araucanía, reveló el balance de
cables robados durante el 2023.
Según las cifras, desde enero a diciembre del año pasado hubo 1.223 episodios de robo, los que según explicó la empresa "afectaron gravemente la calidad y continuidad del servicio eléctrico a 442.266 clientes a lo largo de toda la zona de concesión".
En total se acumularon 196 kilómetros de cableado eléctrico robado, incluyendo el daño y destrucción de postes, transformadores, y otra infraestructura clave para el servicio eléctrico.
Estos robos se deben en la mayoría por bandas organizadas, y según comentó el subdirector de operaciones de la CGE, Francisco Jaramillo, el robo de cables eléctricos "ha tenido un aumento exponencial en los últimos años y es necesario que las autoridades tomen cartas al asunto".
Por otro lado, Jaramillo también explicó que "nosotros como compañía realizamos las denuncias respectivas, pero es necesario perseguir y desarticular a estas bandas, ya que su accionar afecta directamente a miles de familias a lo largo del país".
Además, debido a estas acciones hubieron un total de cuatro personas fallecidas y tres lesionadas. Ante esto el ejecutivo sostuvo que "esta situación es muy lamentable y provoca un gran dolor a las familias de los afectados y para nosotros mismos como compañía".
En términos de números registrados por la CGE, en 2022 hubo un aumento de más de 200% en la cantidad de cable de cobre robado en relación a 2021, con un total de 932 eventos registrados ese año.
En cuanto al costo de reposición de infraestructura dañada o destruida, el primer semestre de 2023 la cifra llegó a los 3.544 millones de pesos.
El lugar con mayor cantidad registrada fue la Región de O'Higgins, con 43 kilómetros de cable robado, seguido por Coquimbo, con 40 kilómetros, Arica-Tarapacá con 28 kilómetros y Maule con 31 kilómetros, entre otros.
Finalmente, Jaramillo concluyó diciendo que "cada vez que se interrumpe el suministro eléctrico, las empresas grandes y pequeñas de la zona no pueden trabajar normalmente, los servicios públicos presentan problemas en el suministro, los colegios o la red de salud se ven obligados a suspender sus actividades y las personas pueden enfrentar problemas de seguridad pública".