Un gran debate se generó luego de que la Corte Suprema decidiera renovar sus vehículos por unos de alta gama. La selección generó molestias entre algunos ministros, ya que el elegido es un modelo híbrido de la marca Lexus, con un valor superior a los $56 millones, según precios de lista en distintas web de automotoras.
Para el recambio de toda la flota - 21 automóviles para los magistrados y uno para el fiscal judicial del máximo tribunal - el organismo desembolsaría poco más de $1.200 millones.
Cabe destacar que la decisión tuvo el rechazo del presidente del máximo tribunal, Ricardo Blanco, y de la ministra Andrea Muñoz, quienes preferían que fueran "vehículos de la misma marca y modelo que se encuentran en uso actualmente", es decir, Toyota Camry, que fueron adquiridos en 2014, dice el acta del pleno de 2 de febrero.
Ante esta polémica, el Poder Judicial informó que "es oportuno aclarar que el acuerdo sobre el particular fue adoptado luego de un procedimiento de evaluación iniciado con anterioridad por la Corporación Administrativa del Poder Judicial".
"Este proceso no ha culminado, por lo que aún no se han ejecutado los recursos fiscales que el Ministerio de Hacienda ha dispuesto para este preciso fin", agregaron desde el organismo.