El año pasado se registró el mayor monto nominal de recursos fiscales para subsidiar el sistema de transporte público en la Región Metropolitana desde su creación, con un total de $987.821 millones (cifra que supera los US$ 1.020 millones), de acuerdo con datos de transparencia del Ministerio de Transportes a los que "El Mercurio" tuvo acceso mediante el decano de Ingeniería de la U. Diego Portales, Louis de Grange. En comparación, esto es casi el doble en términos nominales de lo destinado en 2012, cuando se inyectaron $529.147 millones para financiar el modelo. El subsidio aumento considerablemente entre 2018 y 2019 y, tras bajar en los años de la pandemia, en 2022 volvió a repuntar de forma significativa, al pasar de $743.296 millones a $922.508 millones en tan solo un año. Según los expertos, las razones que han llevado a esto son varias, partiendo por el deficitario sistema de micros, marcado por una alta evasión en el pago del pasaje, un problema sin solución para las sucesivas administraciones desde la creación del Transantiago. También se mencionan una menor demanda de pasajeros luego de la emergencia sanitaria y la extensión de las líneas del metro, lo que implica un mayor costo operativo. "Hay menos pasajeros porque después de la pandemia hay muchos viajes que no se necesitan realizar porque hay mucho teletrabajo y ya no hay tantas reuniones presenciales, por lo que la cantidad de viajes necesarios ha bajado", asegura De Grange, quien fuese presidente de Metro desde 2018 a 2022.