Hoy diversos expertos chilenos viajan a Nueva Zelanda, para investigar el "fuerte movimiento" que sufrió el vuelo LA800 de la aerolínea Latam hace dos días, debido a un "evento técnico".
La investigación es liderada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) en conjunto con la Comisión de Investigación de Accidentes (TAIC) de Nueva Zelanda.
Los investigadores del área de Operaciones y Aeronavegabilidad de la DGAC, se unirán a sus colegas de la TAIC, que actualmente se encuentran recogiendo evidencias, incluyendo la incautación de las grabadoras de voz y los datos de vuelo de la cabina, para poder esclarecer qué le sucedió al avión Boeing 787 de Latam.
Según Mary Shiavo, exjefa de la Junta Nacional de Transportes de EE.UU., se podrá tener una idea clara de este incidente en unos 30 días cuando se analicen las evidencias y se presente el reporte preliminar de lo sucedido.
Si bien se sospecha de que haya ocurrido un fallo informático, lo que queda claro es que "tan pronto se obtenga la información de la caja negra, probablemente se resuelva el misterio", acotó Shiavo.
El avión Boeing 787 de Latam llevaba 263 pasajeros a bordo y 9 miembros de tripulación cuando comenzaron los "fuertes movimientos", al parecer, según la página Flightradar, el avión se precipitó unos 100 metros cuando había cubierto unas dos terceras partes de su ruta, cayendo repentinamente de una altitud de 41.000 pies a unos 40.692.
Si bien la aerolínea chilena no ha ofrecido hasta ahora detalles del fallo técnico, ni de cuándo sucedió el incidente, uno de los viajeros relató una "caída repentina" unos 45 minutos antes del aterrizaje.