La Corte de Apelaciones de Concepción ratificó la decisión del Tribunal de Garantía de Haulpén de dejar en libertad a Víctor Opazo Jara.
Poder Judicial
El pasado martes 12 de marzo, a eso de las 09:00 de la mañana, fue la última detención de Víctor Opazo Jara (37), un avezado ladrón de la comuna de Haulpén, Región del Biobío.
Fue capturado luego de ingresar al domicilio de un matrimonio de adultos mayores, a quienes intimidó con un cuchillo para robarles. Al escapar del lugar, fue retenido por vecinos y entregado a Carabineros.
Por este delito, fue formalizado por la Fiscalía de Talcahuano ante el Juzgado de Garantía de dicha ciudad, acusado de robo con fuerza en lugar habitado, agravado por la intimidación a las víctimas con un arma blanca. El Ministerio Público pidió prisión preventiva.
No obstante, el tribunal sólo consideró la acción como hurto y amenazas, ambas figuras penales por separado, que tienen menor sanción, por lo que optó por rechazar la solicitud de cárcel de la Fiscalía.
Y si bien el Ministerio Público apeló ante la Corte de Concepción, ésta ratificó la decisión del tribunal de primera instancia. Las siete condenas previas de Opazo (cinco por robos, una por receptación y una por infracción a la ley 20.000 de drogas) no fueron argumento suficiente para estimar que supone un peligro para la seguridad de la sociedad.
El fiscal de Talcahuano, Mario Elgueta, lamentó ambas resoluciones del Poder Judicial. "Lo pasamos a control de detención ese día ante el Tribunal de Garantía de Talcahuano y expusimos los antecedentes diciendo que este es un delito de robo con fuerza en lugar habitado, y que se veía incluso agravado a partir de la intimidación que realiza este hombre. Sin embargo, el tribunal no compartió nuestro criterio, estimó que sólo era un delito de hurto y que las amenazas estaban absolutamente disgregadas o separadas de la apropiación de especies, y esto cambia la tipificación jurídica", comenzó señalando el persecutor.
Subrayó que "no lo compartimos para nada, y en razón de lo anterior, precisamente por no compartirlo, porque era un delito menor el que le estaban asignando por parte del tribunal, recurrimos ante la ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción, y lamentablemente el tribunal coincidió con el tribunal a quo en el sentido de estimar que se trata de un delito de hurto simplemente y un delito de amenazas. Respetamos por cierto los fallos de nuestros tribunales, pero por cierto no los compartimos".
