"Estamos viendo cuál es el efecto que tiene tanto físico, o sea la construcción, como en las familias. Esto es una reconstrucción social y psicosocial. Eso ya se aprendió en las distintas catástrofes". Así, el ministro de la Vivienda, Carlos Montes, definió ayer el plan para volver a levantar las zonas urbanas que fueron arrasadas por el megaincendio que el 2 y 3 de febrero pasado arrasó un 12% de la superficie construida de Viña del Mar, un 7% de la de Quilpué y un 9% de la de Villa Alemana; mató a 135 personas y destruyó 4.555 viviendas, 1.400 de ellas en ocupaciones irregulares. La validación de las fichas básicas de Emergencia (Fibe) arroja finalmente que 8.130 familias (integradas por 21.046 personas) resultaron damnificadas, lo que permite perfilar a los afectados por el megaincendio, un aspecto clave en el Plan de Reconstrucción que el Gobierno dará a conocer hoy en Viña del Mar. El 47% de los hogares corresponde a familias que vivían de allegadas (19%) o en ocupaciones irregulares (28%). "Esto tiene que ver con la manera en que ha crecido la ciudad, lo que es un desafío", plantea la ministra de Desarrollo Social, Javiera Toro, quien lidera el Comité de Ministros que sanciona el Plan de Reconstrucción en la Escuela de Guerra Naval, donde será presentado públicamente. El 92% de los damnificados sufrió la destrucción total de sus viviendas y solo un 39% de los hogares catastrados corresponde a propietarios, mientras que un 13% era arrendatario. El 64% de las familias de Viña, el 72% de Quilpué y el 58% de Villa Alemana están en el tramo del 40% de hogares de menos ingresos.