Se necesitan 78 votos para llegar a la presidencia de la Cámara de Diputados y a 20 días de la elección aún no hay claridad sobre quién será el sucesor de Ricardo Cifuentes (DC).
Mientras que en el oficialismo abogan porque es el turno del Partido Comunista dirigir la Corporación, la oposición está apostando por una mesa conformada por representantes de Demócratas, el Partido de la Gente (PDG) y Chile Vamos.
Al mismo tiempo, el Gobierno está en conversaciones con el PDG ya que serían los votos claves para impedir que se repita la derrota que se vivió en el Senado.
Por el momento ningún sector tendría los votos asegurados, pero lo cierto es que la llegada del PC a la testera se vuelve cada vez más difícil ya que desde Demócratas no estarían por respaldar la candidatura de un comunista y el PDG reclama que sería su torno presidir la Corporación, guiándose por el acuerdo administrativo original firmado el 2022 entre las fuerzas oficialistas y las "no alineadas".
En ese contexto, la jefa de bancada de Renovación Nacional, Ximena Ossandón, señaló que "estamos tratando de organizar para que la mesa de la Cámara de Diputados no sea del Gobierno, sino que sea nuestra. Y nuestra me refiero a toda una gran alianza que debe ir desde Amarillos, Demócratas, PDG, en adelante. Y para esto claramente tenemos que ir cediendo, cediendo espacios en la misma mesa y también viendo cómo se pueden conformar a futuro las distintas comisiones".
En relación a "ceder" puestos en la mesa, la bancada de diputados del Partido Republicano aportaría con 13 votos y estarían dispuestos a no estar en la testera a cambio de presidencias en comisiones.
Mientras tanto, aún se está evaluando si desde la oposición se impulsará a Joanna Pérez (Demócrata) o a Miguel Ángel Calisto (IND-Demócrata) como la carta para presidir la Corporación y hacer frente al PC. En relación a las vicepresidencias, estarían por darle una vicepresencia este y el próximo período a los diputados del PDG.
Desde el oficialismo están dispuestos a ofrecerle al partido de Franco Parisi una vicepresidencia este período y la presidencia el próximo, propuesta que no sería suficiente para el colectivo, por lo que aún está abierta la posibilidad entregar la presidencia en abril de este año y así, cuidar el pacto administrativo.
En este escenario, el diputado Rubén Oyarzo (PDG) dijo a El Mercurio que "no existe ninguna posibilidad de que la centroderecha alcance la tesera de la Cámara sin los votos claves del Partido de la Gente. Aunque tenemos una excelente opinión de las cartas de Demócratas, acá el PDG tiene la última palabra. Hasta ahora nuestra postura es que la presidencia de la Cámara le corresponde al Partido de la Gente en el pacto con el oficialismo y no estamos disponibles para ceder respecto de eso".
Ante el riesgo de perder la dirección de la Corporación, otra alternativa del oficialismo es rechazar la renuncia del diputado Ricardo Cifuentes, para lo cual se requiere de la mayoría simple de los parlamentarios presente en el hemiciclo.
El viernes pasado el demócrata cristiano envió una carta dirigida a la Cámara de Diputados agradeciendo la oportunidad y presentando su renuncia al cargo.
Según el reglamento de la Corporación, las renuncias de los miembros de la mesa se discutirán y votarán en la primera sesión ordinaria que se celebre después de 45 horas de su presentación, es decir, el próximo lunes, cuando los parlamentarios regresen de la semana distrital.
Si se aprueba, se generá una vacancia en el cargo, por lo que se procederá a la elección de una nueva directiva 45 horas después de la vacancia, es decir, el 15 de abril.
La opción de que Cifuentes se mantuviera en el cargo fue evaluado antes de que presentara la renuncia, con el único objetivo de darle más tiempo a La Moneda y a los parlamentarios de Gobierno de negociar los votos con el "centro". No obstante, el demócrata cristiano optó por dar cumplimiento al acuerdo administrativo e iniciar renovación de la mesa.
Desde la bancada de la DC no están por rechazar la renuncia, ya que esto podría arriesgar que en un futuro cercano se censure a Cifuentes, lo que no sería beneficioso para el colectivo. Pero no es una opción que se ha descartado del todo por parte de los partidos de Gobierno.
