"Esperábamos que la entrega de viviendas de emergencia hubiese sido mas rápida", es una frase que se repite en las zonas arrasadas por el megaincendio en las comunas de Vina del Mar y Quilpué, al cumplirse dos meses de la tragedia. Todavía hay familias que deben pernoctar en carpas, especialmente en aquellas poblaciones donde se habían levantado asentamientos irregulares. De las 1.202 viviendas de emergencia requeridas, según el catastro del Gobierno, hasta ahora se han construido 804 (67%), según informó ayer la delegada presidencial regional de Valparaíso, Sofía González. De acuerdo a lo anunciado por el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, el plan debiera estar completado el 14 de abril. Sin embargo, los damnificados temen que existan retrasos, cuando ya la temperaturas comienzan a bajar. Manuel Silva, dirigente de la Agrupación de Damnificados de Vina del Mar y Quilpué, señala que en sectores como Pompeya Sur, en Quilpué, o Villa Roggers, en Vina del Mar, hay familias que siguen esperando una vivienda de emergencia. Lo mismo ocurre en Villa Independencia, donde el fuego destruyó la casi totalidad de las casas y donde hoy algunas familias continúan alojando en carpas, mientras intentan levantar precarias construcciones con materiales de desecho. "Nosotros ocupábamos un terrenito acá, que no era nuestro y tal vez por eso no hemos recibido la ayuda que estamos esperando", sostiene una pobladora que solo se identifica como María Elena. En el campamento Manuel Bustos, algunos vecinos manifiestan su preocupación, reconociendo que algunas familias no aceptaron recibir viviendas de emergencia porque pensaban que iban a perder otras ayudas.