Esta mañana el Ministerio de Educación entregó la cifra oficial de estudiantes que permanecen sin matrícula escolar, con datos hasta el 31 de marzo, fue la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, quien informó que esta realidad la enfrentan 880 alumnos.
Frente a estas cifras, diversos expertos analizan con preocupación la situación actual, de hecho la directora de estudios de IdeaPaís, Magdalena Vergara calificó la necesidad de entregar matrículas como "urgente" y comentó que "si bien el Gobierno ha tomado una serie de medidas como ampliar cupos en los colegios, habilitar nuevos locales, salas de clases, etc. Sin embargo, eso es una medida de urgencia que no atiende al problema de largo plazo, básicamente, una sala modular no puede ser la solución".
"El Gobierno ha decidido no hacerse cargo, y en vez de levantar las barreras, genera nuevas"
Magdalena Vergara
Para Vergara, el gran problema surge con la eliminación de los incentivos para abrir nuevas escuelas, "y a pesar de que parte del acuerdo presupuestario fue resolver este problema, el Gobierno ha decidido no hacerse cargo, y en vez de levantar las barreras, genera nuevas. Por ejemplo, en su propuesta para resolver la demanda insatisfecha, obliga a que para solicitar la apertura, los nuevos colegios demuestren contar con matrícula, pero ¿qué padre estará dispuesto a perder su cupo para apostar por un proyecto que ni siquiera está aún aprobado?".
Para el director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez, la cifra de que son 880 las familias que no tienen un colegio en abril, es "una advertencia muy fuerte de que no podemos llegar tan tarde, la solución de buscarse mucho antes, porque si no el problema se extiende, como está ocurriendo ahora que probablemente esto no se resuelva hasta mediados de abril y haber perdido un mes y medio de clases es algo totalmente inadmisible y muy significativo para esas 880 personas que tienen derecho a la educación".
Para solucionar el problema es necesario "seguir insistiendo en darle flexibilidad al sistema, a los colegios para la apertura de cupos, de nuevos cursos de forma previa al proceso de admisión". A corto plazo la solución para Rodríguez es la gestión por parte del Ministerio y de la Seremi, de poder abrir cupos, "que es el trabajo que se está realizando, pero obviamente es lento y eso es lo que estamos viendo hoy día".
Las soluciones a mediano o largo plazo, se relacionan con "modificaciones legales a la Ley de Inclusión Escolar, que permitan que la oferta de de cupos escolares se adapte a la demanda", ya que este es el problema, así lo manifestó esta mañana la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia y remarcó Rodríguez: hay cupos, pero no en los lugares donde las personas los requieren o en colegios donde las personas no quieren estar.
En este sentido, es necesario "volver a dar autonomía y libertad a los establecimientos para que puedan ellos adaptarse con más tiempo a las fluctuaciones de la demanda de cupos y de cupos preferidos, es decir: los establecimientos que tengan más demanda tienen que crecer, los que tengan menos demanda tienen que reducirse y para que eso ocurra se tienen que dar las herramientas al sistema para para que cada colegio pueda tomar esa decisión, y esas herramientas hoy no están".
Por su parte, el ex ministro de Educación y actual director del Instituto de Políticas Públicas de la Universas Andrés Bello, Raúl Figueroa, también consideró que esta falta de matrículas tiene su origen en las reformas que se tramitaron en 2015, las que a su parecer "se diseñaron sin haber considerado la evidencia y que tuvieron a mi juicio un sesgo ideológico muy fuerte". Son estas las que "limitaron con fuerza la posibilidad de crear nuevos establecimientos particulares subvencionados".
Para solucionar el problema, según Figueroa, se "debe corregir el problema de origen", lo que se traduce en "eliminar las restricciones que se pusieron con la Ley de Inclusión Escolar y, junto con ello, poner toda la gestión posible para que los niños que hoy día están sin matrícula puedan encontrar un cupo".
Lo anterior requiere un "esfuerzo muy concentrado de identificar a los menores, identificar los colegios que podrían ampliar sus cupos y dar una solución inmediata, y darle a esos establecimientos todas las facilidades, tanto regulatorias como, de ser necesario, de recursos para que puedan rápidamente reaccionar a este problema", indicando que a su parecer, es posible a corto plazo, pero con un esfuerzo territorial fuerte.
"Si se sabe qué colegios pueden recibir a los estudiantes, si se sabe dónde están estos estudiantes y los colegios no los reciben porque tienen restricciones regulatorias, esas restricciones se deben liberar de inmediato. Y si es necesario para ello un consenso en el Congreso, no me cabe ninguna duda que se puede conseguir con velocidad".