Varias situaciones han marcado una creciente tensión a nivel escolar en los primeros dos meses de clases, como el asesinato de un estudiante en Lota, el caso de una profesora que se quitó la vida tras denunciar agresiones y amenazas de parte de una alumna, y distintos casos de riñas y de escolares que han sido descubiertos portando armas blancas y de fuego en sus colegios. Por ello, aumenta la sensación de que los espacios educativos son más violentos, algo que se evidencia en un informe sobre las expulsiones y cancelaciones de matrícula escolar en todo el país que publicó el Observatorio de Derechos de la Defensoría de la Niñez. El organismo analizó los expedientes que le envió la Superintendencia de Educación entre inicios de 2022 y agosto de 2023, ya que el ente fiscalizador aún no cerraba el año pasado cuando pidieron la información. Así, al comparar los primeros semestres de ambos años, hubo un alza del 70,6% en expulsiones y cancelaciones de matrícula en 2023: pasaron de 276 a 471. Respecto de las causales, las más numerosas fueron calificadas dentro de "agresiones a otros estudiantes", con un 33%; seguida por "transgresión reiterada de normas", con un 20%; "asociada a armas", con 13%; y relacionada a drogas, con 8%. Si se analizan esas cuatro causales por región, las agresiones a otros estudiantes son menores proporcionalmente en las regiones del centro del país. Mientras, la de uso o porte de armas es más alta en Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Aysén.
