Dudas, cuestionamientos y hasta peticiones de dejar el cargo enfrenta por estos días el comandante en Jefe del Ejército, Javier Iturriaga, luego de la muerte del joven conscripto Franco Vargas (19) y de la infección respiratoria que afectó a 45 soldados durante la marcha de instrucción del pasado sábado, en Putre, Región de Arica y Parinacota.
Y es que el manejo de la crisis se ha visto duramente cuestionado desde la opinión pública y especialmente entre parlamentarios, especialmente por la tardanza con la que Iturriaga salió a dar alguna declaración sobre lo ocurrido: más bien como una reacción a la escalada de contradicciones que circundan el caso.
Son varias las versiones que no calzan con lo que informó inicialmente el Ejército con las que han expresado los ex soldados que decidieron acogerse a su salida voluntaria. Primero, la ropa que utilizaban ese día los conscriptos: según declararon los jóvenes, habrían sido obligados a marchar en polera, mientras que desde la entidad castrense afirmaron que todos contaban con su equipo adecuado, incluso se exhibieron fotografías.
Un segundo aspecto cuestionado es que en su primera versión, el Ejército apuntó a que Franco Vargas presentó problemas respiratorios, luego habría sido trasladado "de inmediato en vehículo a la enfermería del predio de instrucción, donde fue estabilizado por el enfermero militar y posteriormente trasladado al Cesfam de la comuna de Putre, donde se constata su deceso". No obstante, el médico del Cesfam, Aldo Rivera, sostuvo que el joven "venía sin signos vitales ni tampoco con respuesta a estímulos verbales ni físicos".
Las versiones contrapuestas se suman a otras denuncias, como el documento que presuntamente se les obligó a firmar a los 114 soldados que decidieron dejar el Ejército tras lo ocurrido, donde renunciarían a todo tipo de acciones contra la institución; o las acusaciones de bullying y maltrato que han dado a conocer los propios jóvenes que estuvieron en la fatídica marcha. La madre de Franco, Romina Vargas, también ha acusado que en lugar de asistir a su hijo "lo golpearon y lo humillaron".
Pasaron
nueve días desde la muerte de Franco Vargas para que Iturriaga saliera a dar un punto de prensa, donde anunció que había relevado de sus cargos a dos mandos a cargo de la instrucción de ese día, y que se solicitaría un ministro en visita de la Corte Marcial del Ejército, también anunció sumarios. Ayer, en tanto, se conoció que Iturriaga relevó a otros seis oficiales involucrados en la marcha,
junto con reconocer "falta de diligencia" en torno a la información preliminar que fue difundida.
Peticiones de renuncia y la postura de La Moneda
Ayer, la comisión de Derechos Humanos del Senado, recibió a Romina Vargas, madre del soldado fallecido y a otros familiares de los jóvenes afectados, en una sesión destinada a conocer sus relatos y las eventuales vías de acción desde la esfera política. A la instancia estaba invitado Iturriaga, pero no acudió.
"Nosotros no queremos que esto sea un Antuco 2, no queremos que esto se quede en el tiempo y se olvide, queremos que haya justicia. Aquí tenemos que pedir la baja del comandante en Jefe del Ejército, es él quien está a cargo del Ejército, y nada se puede mover dentro de él (institución), si él no lo sabe", dijo en la instancia la senadora y presidenta de la instancia, Fabiola Campillai (Ind).
A la petición de Campillai se sumó la
diputada Claudia Mix (Comunes), quien manifestó que "ni en la tragedia de Antuco ni en la de Putre, el Ejército respetó la dignidad humana, las autoridades militares deben responder. Hoy debemos dar ejemplo de conducción política y dar de baja a todos los oficiales responsables, incluyendo al general Iturriaga".
En tanto, otros parlamentarios oficialistas, como el diputado Gonzalo Winter (CS), han solicitado la creación de una Comisión Especial Investigadora para esclarecer cómo ocurrieron los hechos ese día.
Desde La Moneda las reacciones han tenido un cariz de cautela y se han mantenido en la línea de esperar los resultados de las investigaciones. La ministra del Interior, Carolina Tohá, dijo ayer -cuando eran solo dos los mandos relevados de sus cargos-, que se trató de una decisión de "prudencia", y cuestionó que "no es normal que un grupo de jóvenes de esa edad lleguen a una situación de tal gravedad como la que se vio aquí".
Por su parte, la ministra de Defensa, Maya Fernández, quien ha sido cuestionada por enviar al subsecretario para las Fuerzas Armadas, Galoi Eldestein (PC) a Arica y no por acudir ella misma a conocer la situación en terreno, evitó referirse a una eventual salida del cargo de Iturriaga.
"Lo más importante ahora es la tranquilidad a las madres y a los padres. Es que se aclaren estos hechos que son de extrema gravedad. Queremos que la investigación esclarezca todos los hechos, que no queda ninguna duda y que se apliquen las sanciones correspondientes", se limitó a decir Fernández.
Durante la tarde de ayer, el Presidente Gabriel Boric -quien había estado tomando conocimiento del tema a través de Fernández-, golpeó la mesa y salió a referirse personalmente al tema. Anunció que instruyó a la ministra para que se comunique con Iturriaga con el fin de que ambos acudan el viernes a La Moneda, para conocer el detalle de los hechos y se tomen medidas.
"Por la memoria de Franco corresponde conocer toda la verdad, que se esclarezcan los detalles de los hechos y se asuman las responsabilidades que corresponda. Verdad y justicia", añadió Boric.
El "estilo" y "ejes" de la gestión de Iturriaga
Son pocas las ocasiones en que el general Javier Iturriaga ha dado declaraciones ante los medios de comunicación, pero las veces que lo ha hecho, ha dejado en claro sus posturas sobre su estilo y el rol de la institución.
"Yo soy un hombre feliz y la verdad, no estoy en guerra con nadie", hizo ruido en octubre de 2019, en pleno desarrollo del estallido social, cuando Iturriaga era Jefe de Defensa Nacional, nombrado por el ex Presidente Sebastián Piñera.
Los dichos eran una clara "contradicción" al Mandatario, luego que el día anterior éste señalara respecto al estallido que "estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie".
El 9 de marzo de 2022, Iturriaga asumió como comandante en Jefe del Ejército, por un periodo de cuatro años, convirtiéndose en el número 61 en ocupar el cargo en los 200 años de historia de la institución. Ya desde 2017 se le describía como un hombre "reservado, pero ejecutivo", con "voz de mando" y que ejercía "con pocas palabras".
El día de su asunción, Iturriaga fijó cuatro ejes para su gestión: en primer lugar, dijo que buscará generar "las mejores condiciones para que mujeres y hombres del Ejército puedan desarrollarse profesional y personalmente", y afirmó en esa línea estar consciente "de la evolución del país y la necesidad de implementar medidas concretar para estar al día; no sólo con la legislación actualizada, sino que con la integración de la sociedad".
También comprometió la integración de la mujer; apuntó al principio de "no discriminación" desde el Ejército; un mando con "sentido humano en cada uno de los niveles"; "mantener y acrecentar el alistamiento personal"; y la "planificación estratégica" en atención al proceso de modernización que iniciaba la institución castrense.
"Sacar al Ejército de las noticias"
La llegada del general Iturriaga como máximo mando del Ejército estuvo marcada por varios desafíos. Uno de ellos era cargar con el peso de sus antecesores, procesados por fraude, en el denominado caso Pasajes, que incluía el abultamiento del precio de pasajes, devoluciones de dinero en efectivo por parte de agencias de turismo y el uso de dinero fiscal en viajes familiares durante sus comisiones de servicio.
"Él recibió el Ejército que venía un poco dañado, recibió un Ejército de un interino, luego de la salida del ex general Ricardo Martínez, quien iba a ser procesado por Romy Rutherford, pero al final, con aquello no ocurrió nada", comenta Richard Kouyoumdjian, vicepresidente de AthenaLab a Emol. El experto apunta al procesamiento de 68 uniformados, y pese a que estaba incluido Martínez, la Corte Marcial la revocó para este último.
El foco de Iturriaga era entonces el de "
sacar al Ejército de las noticias", a raíz del ruido que había en torno a la institución castrense; objetivo que calzó con su bajo perfil. El término de la pandemia, de paso, también ayudó a que las actividades del Ejército se volvieran a concentrar en el sello que, según Kouyoumdjian, Iturriaga quería devolverle, más dedicado a "lo militar".
Aunque con el Presidente Gabriel Boric existe una "buena relación", con quien no se ha terminado de entender Iturriaga es con la ministra Fernández. "Yo creo que no se entendieron bien de un comienzo, porque la agenda del Gobierno estaba en un comienzo muy marcada por los 50 años del Golpe de Estado, y él apuesta más bien por un Ejército profesional, apolítico, jerárquico y disciplinado, y que no tenía que estar opinando por los 50 años", comenta el experto en Defensa.
De todas formas, en septiembre del año pasado, previo al inicio de la
Parada Militar -que coincidió justamente con la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar-, Iturriaga comentó que "a nuestra generación lo que le corresponde es hacerse cargo del pasado, como lo ha hecho, y cooperar a la justicia en todo cuanto se nos exija", palabras que fueron valoradas por Boric.
Los permantentes estados de excepción en la macrozona sur tampoco son una situación que "le acomode" al Ejército, puesto que "los temas jurídicos tampoco han estado muy claros en este sentido; Reglas de Uso de la Fuerza, o el hecho que durante el estado de emergencia el Ejército no pueda investigar y buscar, sólo puede detener en caso de delito flagrante", acota Kouyoumdjian. En cambio, la situación en el norte parece resultar menos incómoda, puesto que hay un escenario "más claro" en torno a su actuar en las fronteras.
En enero de 2023, Iturriaga abrió las tensiones en la comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados, mientras se discutía el proyecto que permitía a las Fuerzas Armadas el resguardo de la infraestructura crítica. "Vamos a cumplir la Constitución y las leyes, pero es un deber señalar que la misma Constitución genera para el Ejército algunas tareas prioritarias que tienen que ver con la defensa, y estas tareas que se derivan hacia el orden público van desvirtuando nuestro rol principal", cuestionó el comandante en Jefe del Ejército.
El experto de AthenaLab comenta sobre este episodio que "sus reparos eran con la infraestructura crítica, a que mandaran al Ejército a proteger una central hidroeléctrica o un terminal de buses, porque si había alguna reacción en esos lugares habría que lidiar con personas y para eso no habían Reglas de Uso de la Fuerza ni roles definidos; el rol es militar y no policial". No obstante, "la forma en que se ajustó todo esto, permitió que las operaciones en la frontera norte fuera bastante bien integrada".
Carrera militar y vida personal
El General Iturriaga nació en 1965, está casado y tiene cuatro hijos. Ingresó a la Escuela Militar en el año 1980, y se graduó con el grado de Alférez en el Arma de Infantería el 1 de enero de 1984.
En 2004 fue ascendido a teniente coronel, y luego a coronel, en 2009. Ya en 2012 asumió como comandante en el Regimiento Reforzado N°4 "Rancagua" y en 2013 en la 2da Brigada Acorazada "Cazadores".
También fue agregado militar en Brasil, en 2014, mismo año en que fue designado comandante de la Brigada de Operaciones Especiales "Lautaro", un destacamento de fuerzas especiales de comando terrestres y paracaidistas; su propia tropa lo describió entones como de "sencillo trato".
En 2017, asumió como Jefe de Defensa en la Región de El Maule, y en enero de 2019, ascendió al grado de general de División, desempeñándose como el comandante de Educación y Doctrina del Ejército.
Desde noviembre de 2020 se desempeñó como Jefe del Estado Mayor Conjunto, además de ser comando, paracaidista y profesor militar de Academia en la asignatura de "Tácticas y Operaciones". Además, cuenta con un Magíster en Ciencias Militares, con mención en Planificación y Gestión Estratégica en la Academia de Guerra del Ejército.
Iturriaga asumió en su cargo en reemplazo del general de división Rodrigo Ventura, quien asumió como comandante en Jefe el 2 de marzo de 2022, tras la renuncia de Ricardo Martínez, previo al interrogatorio por parte de la ministra en visita de la Corte Marcial, Romy Rutherford, en el marco de la investigación por fraude al interior del Ejército.
