A menos de 35 kilómetros de Tirúa, en la Región del Biobío, se encuentra la Isla Mocha, lugar donde la diputada del PDG, Karen Medina, propone construir una cárcel isla.
A su juicio hoy existe un sistema penitenciario fracasado, con una alta tasa de delincuencia, una sobrepoblación al interior de las cárceles, sin espacio para ampliar los recintos, ni para realizar la reinserción social, además de una amplia delincuencia "importada".
"Hoy, el nivel que tenemos de delincuencia y las fallas que tienen las cárceles, con una reinserción social que no resulta, donde tampoco resulta prohibir que sigan operando desde la interna de la cárcel", se le suma la ubicación de las cárceles, "muchas de ellas están en los centros de las comunas, no se pueden ampliar. Cuando hablamos de planes de reinserción social, no tenemos espacio para poder hacer ampliaciones donde ellos puedan trabajar".
De esta manera, la diputada propone dividir. "Hoy hay que separar. Nosotros tenemos un alto nivel de delincuencia ya importada, que se están mezclando todos en la interna y están tomando las cárceles como la universidad de la delincuencia. Hoy día hay que copiar modelos de otros países que ha dado resultados y por ahí va un poco la propuesta".
Con este proyecto, Medina indica que podrían desarrollarse mejoras para los habitantes de la isla Mocha. "Bajo este megaproyecto, podrían mejorar sus condiciones de conectividad, porque efectivamente esos son los problemas que hoy día tiene la isla", ejemplificando que en verano hubieron periodos sin luz eléctrica, debido a la precariedad de las conexiones. "Podría haber un centro de salud de mejor, con mejores profesionales, cuando tengamos este tipo de proyectos".
En torno a las visitas y el transporte, indicó que esta condición debería ser obligatoria, pero también manifestó la posibilidad de utilizar la tecnología. "Las visitas podrían ser a través de videollamadas y estoy pensando en algo moderno (...) consideremos que las personas que allí deberían estar son reos de alta peligrosidad, con esto no estoy diciendo que no me dejen visitas, pero tampoco les tenemos por quedar todas las regalías (...) de lo contrario las visitas podrían ser cada 15 días, es necesario discutir la idea".
Acerca de las implicancias que un proyecto así requiere, con altos costos para trasladar al personal, los alimentos y materiales, además de las medidas de seguridad y tecnología, Medina manifestó que "dinero para invertir, pudiéramos decir que hay", y que ahora es necesario "abrir el debate", asegurando que ninguna comunidad quiere una cárcel en su territorio, por lo que se recurre a ampliar las ya construidas, sin embargo, estas se encuentran colapsadas.
Finalmente, descartó lo relacionado a la reubicación de los habitantes, asegurando que "no es parte del proyecto sacar la gente" y comentando algunos problemas que enfrenta la población, los que podrían avanzar al desarrollarse este proyecto en la isla.