A un mes del triple homicidio de carabineros que se registró en Cañete, Región del Biobío, la Fiscalía Regional de La Araucanía -cuyo jefe regional, Roberto Garrido, encabeza las diligencias- y los equipos especializados de la policía uniformada, como el OS9 y el Laboratorio institucional (Labocar), han reunido nuevas pistas en la búsqueda de los autores del crimen, cuya crueldad impactó tanto a los investigadores como a la ciudadanía. Las evidencias levantadas en ellos confirman una de las primeras sospechas en el caso, que los asesinatos estuvieron relacionados con la violencia rural en la zona. También, que los crímenes tuvieron una planificación inusual: cortaron el cerco perimetral, llevaban las manos cubiertas con guantes quirúrgicos para no dejar huellas que permitieran su identificación; y aguardaron agazapados en el sitio, pues la yerba estaba todavía aplastada cuando se efectuaron las pericias. Los homicidas habrían tenido una larga espera.