La imputación por delito de incendio con resultado de muerte que pesa sobre un exbombero y un exbrigadista de la Conaf -por el siniestro del 2 de febrero en la Región de Valparaíso- ha abierto un fuerte debate en torno a los filtros de ingreso y en el caso de brigadistas, de las remuneraciones por sus labores.
Esto último, porque de acuerdo a la declaración que entregó el exbombero
Francisco Mondaca (22) a las policías al momento de ser detenido, reveló el nombre de
Franco Pinto (31) como quien lo habría incitado a encender los focos de incendio, luego de concurrir ambos a una emergencia. En ese encuentro, Pinto le dijo que el incendio "estaba fome", y que a ellos les convenía hacer horas extra respecto a dichas emergencias.
Pinto trabajaba de manera transitoria en los últimos 10 años en la Conaf, de acuerdo a los antecedentes que entregó el director de la institución, Christian Little. Añadió que el sujeto había cumplido labores como motosierrista y conductor de vehículos de emergencia para el control de incendios. Para esta temporada, su vínculo laboral con Conaf terminó el pasado martes 30 de abril.
De acuerdo a la información que entregó La Tercera, Pinto fue contratado para esta temporada el 10 de octubre de 2023, con un sueldo mensual bruto de $753.384. Luego, a partir de enero de 2024, su remuneración aumentó a un total mensual de $785.779. Las horas extra que hizo durante el megaincendio ascendieron a 57,33, obteniendo $420.479 en ingresos adicionales.
Ayer, el fiscal nacional, Ángel Valencia, fue consultado en Estado Nacional de TVN si resulta sorpresivo que un brigadista de la Conaf esté involucrado en estos hechos. "Uno lo lamenta, pero no es incoherente, porque cuando uno se plantea quién eventualmente podrían ser las personas que están interesadas en provocar incendio forestal, se encuentran aquellos que reciben algún tipo de ganancia económica, por ejemplo. Y entre aquellos, se encuentran algunos brigadistas de tiempo parcial, que en caso de producirse un incendio, van a cobrar dinero", respondió.
Requisitos y pruebas
¿Cómo se llega a ser brigadista?, ¿cuánto reciben por su trabajo?, ¿cuáles son su condiciones laborales y de salud mental? Cualquier persona -sin condición de género- desde los 18 años, con salud física y mental compatible, puede convertirse en brigadista.
Estas condiciones suenan "sencillas", pero son clave, porque el trabajo implica un alto rendimiento físico, con un desafío y exigencia por sobre lo normal, con condiciones de estrés asociada y de alta adrenalina.
Por eso, cada vez que llegan postulantes cuando se hacen nuevas convocatorias, se les practica un examen físico que incluye resistencia, salto a distancia, fuerza, capacidad aeróbica y anaeróbica.
En la parte psicológica, se realiza un examen y una entrevista personal, para descartar a quienes puedan tener una reacción adversa al fuego o ser muy favorable a éste con algún grado de piromanía.
Organización interna
Por lo general, los brigadistas trabajan de forma temporal en la Conaf, aunque han existido procesos de selección, generalmente en los últimos años, donde algunos grupos han asumido un carácter permanente, generalmente en niveles de jefatura, que son quienes tienen mayor nivel de conocimiento.
En promedio, se calcula que
un 60% de los brigadistas vuelve para la siguiente temporada, algunos acumulan incluso 10 o 20 temporadas. Los meses de diciembre y enero son los más intensos, lo que muchas veces hace que hacia marzo, algunos brigadistas presenten agotamiento. Ya en septiembre, suelen volver a consultar para retornar a sus labores en Conaf.
De hecho, la historia de Conaf ha visto pasar a personas de campo -que lejos de la temporada de incendios se de dedican al cultivo de su tierra y luego retornan-, estudiantes de liceos agrícolas, abogados, y técnicos, entre una larga lista.
En cuando a la organización, en general viven en condición de campamentos, compuestos por uno o más equipos, donde realizan determinadas actividades en sus horarios de trabajo. Una composición estándar de una unidad de trabajo de la Brigada de Combate de Incendios Forestales, o Brigada Forestal, se conforma por un jefe de Brigada, dos jefes de Cuadrilla, y seis a siete brigadistas por cada cuadrilla, pero pueden existir unidades más pequeñas, dependiendo del radio de acción.
Además, existe un equipo a cargo de la coordinación de la acción aérea y local midiendo el viento segundo a segundo, para así proteger los brigadistas y llevarlos a que las lineas de contención del fuego las puedan hacer de manera más eficaz; se trata de ingenieros forestales o técnicos de larga experiencia de la Conaf. Es decir, las brigadas no actúan de manera autónoma.
En tanto, las jornadas de trabajo se organizan por turnos, es decir, algunas brigadas pueden tener trabajo por seis días y descansar seis, o 10 días y descasar cuatro, lo que depende de las características de cada una de las regiones en las que se desempeñen.
Remuneraciones y salud mental
Los ingresos promedio de los brigadistas se sitúan en torno a los $700.000, a lo que se deben sumar las horas extras. De acuerdo a lo que planteó el año pasado el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, "estamos esperando la reforma tributaria para poder tener en el futuro el servicio nacional forestal brigadistas en mejores condiciones y en mayor número".
"El sector privado los contrata por tres años, acá hay una parte que se contrata solo por temporada y hay brechas que con un Estado fuerte y musculoso se pueden mejorar", complementó.
En cuanto a la salud mental, en esa oportunidad, el jefe de Prevención de Incendios Forestales de Conaf, Rolando Pardo, señaló a Emol que existen capacitaciones permanentes con mutualidad, que potencian las herramientas de enfrentarse al fuego, pero "particularmente el último año hemos estado indagando en cómo fortalecer el factor humano para enfrentar la emergencia, acompañar al brigadista ante una situación catastrófica y estamos contratando psicólogos en todas las regiones, para profundizar el apoyo en salud mental".
"Hemos estado en situaciones críticas, como cuando un brigadista tiene un accidente grave o fatal, eso es algo que afecta a todo su equipo y a toda la región, y a todos los servicios de protección. Eso genera revisión de protocolos, atención a sus familias, etc.", aseveró.