"Se ha llegado al colmo de habilitar botones de pánico en los celulares, de generar cuadrillas de emergencia para controlar afuera de los colegios. De verdad que es tierra de nadie", dice Lucrecia Mena, de Alto Hospicio, quien lidera una agrupación de padres de Tarapacá. Y aunque reconoce que su organización comenzó por la falta de matrículas, hoy están enfocados en la seguridad de los estudiantes. "Los papás han tenido que organizarse, porque hay falta de operatividad de las autoridades y las policías están superadas", añade, y adelanta que preparan una asamblea con centros de padres de la región. De hecho, entre los desafíos que instituciones como la Defensoría de la Niñez
han alertado para los escolares este año está la creciente inseguridad ciudadana, que cada vez afecta más a niños y adolescentes, por lo que los establecimientos educativos también han debido adoptar medidas en ese sentido. Un caso extremo ocurre en el Colegio Eduardo Llanos Nava, dependiente del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Iquique, en donde ayer tuvieron el primer día con un horario reducido para la jornada de la tarde, que termina a las 18:15 horas hasta nuevo aviso. Esto, "debido a los reiterados asaltos, inseguridad, oscuridad, entre otros", comunicaron en una circular a los padres. Con el recorte de la jornada, la dirección informó que "se priorizarán las asignaturas troncales, asegurando los contenidos del currículum imperante", y piden a los padres "su compromiso para dar cumplimiento a la hora de salida de los niños, ya que los funcionarios también están expuestos" a situación de peligro. En la comuna de La Granja, el director del Liceo Bicentenario Nuestra Señora de Guadalupe, Héctor Rojo, dice que "convocamos a otros dos liceos que están cerca y nos reunimos con el jefe de seguridad del municipio, entonces logramos que ahora haya una patrulla en el sector en los horarios de entrada y salida", además de un grupo de WhatsApp con los otros colegios y los funcionarios del municipio.