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"Invisible" vs. "sobriedad": Nuevo debate en torno al rol del canciller Van Klaveren y la política internacional

Tal como ocurrió tras el episodio de la Fidae, la figura del ministro volvió a ser cuestionada, ahora por la polémica protagonizada por el embajador Javier Velasco y por la construcción de Argentina en territorio chileno.

17 de Junio de 2024 | 15:02 | Redactado por Daniela Toro, Emol.
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Canciller Alberto Van Klaveren.

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No es primera vez que el rol del canciller Alberto Van Klaveren se instala en el debate público, a raíz de hechos vinculados a las relaciones exteriores, como la polémica que se abrió luego que Chile excluyera a Israel de la Feria Internacional del Aire y del Espacio (Fidae) en marzo de este año, oportunidad donde se le cuestionó "ausencia" e "incomodidad" respecto a su cargo.

Por estos días, las miradas volvieron a estar centradas en Cancillería, especialmente por dos hechos: una nueva polémica protagonizada por el embajador de Chile en España, Javier Velasco (CS), y por la construcción que hizo Argentina en territorio Chileno, al instalar paneles solares para una base militar en Tierra del Fuego.

Sobre Velasco -quien afirmó en un foro económico que la decisión de excluir a Israel de la Fidae es "una oportunidad para otros socios" en materia de Defensa e invitó a España -, el canciller afirmó que se le solicitará un informe para que detalle el tenor de sus dichos, y de ahí tomar una decisión. Más enfático fue el Presidente Boric, quien apuntó al necesario "llamado al orden".

En tanto, el uso de 3 metros de territorio nacional del que hizo uso Argentina para instalar los paneles solares, fue calificado por Van Klaveren como un "error de buena fe" que debe corregirse, lo que abrió críticas en el Congreso.

"Es preocupante que el canciller no muestre una actitud más enérgica en todo lo que tiene relación con nuestra soberanía", cuestionó el parlamentario Christian Matheson (IND-EVO), mientras que el diputado Carlos Bianchi (IND-PPD), dijo que más allá de estar seguro que el tema se resolverá, "lo que llama la atención es que algo así, una construcción, pueda hacerse de un país extranjero a un país como el nuestro en Chile y no se haya observado absolutamente nada", precisó.

Hoy, fue el Presidente Gabriel Boric quien salió a dar cuenta que golpeó la mesa, y afirmó que se reunió con el Presidente de Argentina, Javier Milei, a quien le exigió que se retiren los paneles a la brevedad.

"Recibimos unas disculpas por parte de la Cancillería argentina, pero me gustaría manifestarles de manera muy clara que con las fronteras no es algo con lo que se pueda tener ambigüedades y que es un principio básico del respeto entre países y que por lo tanto, deben retirar esos paneles solares a la brevedad, o lo vamos a hacer nosotros", señaló el Mandatario desde París, última escala de su gira por Europa.

"El canciller invisible"


Otras voces también han salido a cuestionar el estilo de Van Klaveren, como Daniel Mansuy, doctor en ciencia política y columnista, quien en su columna "el canciller invisible" -publicada ayer en El Mercurio- apunta a un canciller "cansado y casino que prefiere eludir los problemas en lugar de enfrentarlos", que habría sido espléndido en su cargo en los años '90.

En el texto, Mansuy recoge las dos lecturas sobre la mesa en el modo en que se conducen las relaciones internacionales: una institucional y una personalista; y esta última, supone que el Presidente toma las decisiones solo "y que todos los funcionarios- incluido el canciller- deben limitarse a obedecer sus instrucciones".

Ese equívoco, afirma, "está en el centro de todos los incordios en materia internacional", como el "desatino" del embajador Javier Velasco, quien "sabemos que no está en su cargo por experiencia diplomática, sino porque es amigo del Presidente, y eso le permite zafar a pesar de sus repetidos errores", comenta.

A ello, se suman las provocaciones desde Venezuela a raíz del caso Ojeda y el crimen organizado, o la construcción de Argentina en tierra chilena, y que de acuerdo al embajador argentino en Chile, Jorge Faurie, no se pueden mover hasta el verano. "Para decirlo en simple: el vecindario toma nota de nuestra debilidad. El mundo se está moviendo, y nosotros miramos, impávidos", cuestiona Mansuy.

"En estas circunstancias, uno esperaría que el canciller hiciera gala de su experiencia, mostrándose activo y enérgico para hacer valer la voz de Chile. Sin embargo, tenemos un canciller cansado y cansino, que prefiere eludir los problemas en lugar de enfrentarlos. En efecto, ha preferido someterse pasivamente a los impulsos presidenciales, renunciando a jugar un papel preponderante: Van Klaveren es el fantasma de sí mismo. Es el triste final de una generación que eligió plegarse a los más jóvenes antes que defender su propia identidad", sentenció.

"El síndrome del ministro Montes"


En conversación con Emol, Tomás Duval, analista politico U. Autónoma, planteó que "el canciller van Klaveren está afectado por 'el síndrome del ministro Monte', en el sentido de que pareciera que dirigen sus respectivas carteras ministeriales pero ello no se condice con la realidad".

"En el caso de la cancillería existe una situación específica en cuanto a que si bien la relaciones exteriores las conduce el Presidente, eso en la práctica se ha transformado en un alto protagonismo de la persona del presidente Boric marcado por la asesoría directa de un integrante del segundo piso", agregó.

Si bien eso reflejaría -a juicio de Duval- el interés del Presidente en la materia, "deja en términos de gobernanza ministerial al canciller Van Klaveren en un opaco segundo plano con escaso poder de decisión. Un canciller no puede ser sólo una suerte de función protocolar".

La defensa a Van Klaveren


Hay otras miradas que han salido en defensa de Van Klaveren, como la del exasesor internacional de la Presidencia (2018-2021), y profesor adjunto de la U. de Columbia, Benjamín Salas Kantor, quien en una carta a El Mercurio, destaca cómo Chile ha logrado que su voz sea respetada en el concierto internacional, mérito que se lo atribuye al trabajo de las sucesivas cancillerías, y también al del actual ministro de RR.EE.

"Evaluar el papel del canciller Alberto Van Klaveren a partir de sus supuestos silenciosos o mesura refleja que elementos como la discreción o la sobriedad -atributos propios de la buena diplomacia- siguen siendo incomprendidos o subvalorados en medio de un escenario donde predominan las voces polarizantes o disruptivas", reflexiona.

En esa línea, cuestiona la columna de Mansuy, apuntando a que ésta "parece minimizar el prestigio internacional del que actualmente goza Chile gracias al trabajo de sucesivos cancilleres de Chile desde el retorno a la democracia".

Asimismo, comenta que el texto "desconoce el trabajo que la Cancillería despliega a diario, tanto en una gira presidencial como en las múltiples, complejas y sensibles dimensiones de las relaciones internacionales de Chile".
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