La revelación de una verdadera sucesión de crímenes a lo largo de los años por el llamado "psicópata del tambor", Hugo Bustamante Pérez (58), podría permitir que sea castigado por el primer homicidio que habría cometido hace 28 años: el de un antiguo compañero de celda, Eduardo Páez, y la madre de este, Elena Hinojosa, cuyos cuerpos se encontraron el pasado viernes 14 en la casa que tenía en Villa Alemana. Su conducta, regida por un mismo modus operandi y patrón de ocultamiento, podría haber generado una cadena de interrupciones de los plazos legales de prescripción de los delitos, que le llevarían a tener que responder ante la justicia por estos primeros crímenes. Al menos así lo plantea el fiscal jefe de Villa Alemana, Osvaldo Basso.