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¿Chile está preparado para "envejecer"?: Los desafíos (públicos y privados) ante una sociedad "edadista"

La natalidad va en franco descenso y las proyecciones apuntan a una sociedad con más adultos mayores que menores de 15 años. Los cuidados, la inclusión y el cambio cultural son parte de los múltiples flancos que abre esta realidad.

07 de Julio de 2024 | 09:37 | Redactado por Daniela Toro, Emol.
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De acuerdo al INE, hacia 2025 el país podría avanzar hacia una etapa "muy avanzada" de envejecimiento poblacional.

El Mercurio/Archivo
El año 2023 cerró con menos nacimientos en la historia, situación que viene a profundizar una preocupación que ya se convierte en "alerta" para la sociedad y el Estado, aunque recién ahora se está comenzando a reconocer como un problema que impacta en múltiples dimensiones.

De acuerdo al boletín "Estadísticas Vitales Coyunturales" de Instituto Nacional de Estadísticas (INE) -publicado el 26 de junio-, en abril de este año se registraron 12.023 nacimientos. Si bien la variación mensual de los nacimientos de abril fue de 486 nacimientos más (+4,2%), en la variación porcentual interanual se observó una disminución de 18,4%.

En tanto, la tasa de fecundidad de INE señala que al 2021, es de 1,2, cifra muy por debajo de la necesaria para mantener el tamaño de la población (2,1) y un cierto equilibro entre nacimientos y defunciones.

En 2019, el INE advertía que para 2031 la proporción de personas mayores superaría, por primera vez, a la proporción de menores de 15 años. Pero en 2022 el instituto actualizó las proyecciones, dando cuenta de la forma acelerada en que el país envejece: ese año se esperaba que para este 2024, la proporción de personas mayores superara al porcentaje de personas menores de 15 años.

En tanto, para el año 2026, las personas de 60 años y más superarían el 20%, lo que significaría que el país entraría en una etapa "muy avanzada" de envejecimiento poblacional.

Para el año 2045 se espera que las personas mayores dupliquen a las personas menores de 15 años, mientras que en 2050, casi un tercio de la población total del país (32,1%) serían personas mayores (cerca de 6,9 millones de personas), de las cuales cerca de 2 millones tendrían 80 años o más (28%), es decir, también hay un aumento de la "cuarta edad".

Este escenario abre un debate multidimensional, que puede despejarse desde el estado actual de las políticas públicas y los desafíos que se abren para una sociedad envejecida. Esto, de la mano de un proceso que puede tomar aún más tiempo en la ecuación: el edadismo del que adolece la sociedad.

¿Chile está preparado para "envejecer"?


El envejecimiento acelerado del país impacta tanto en la necesidad de cuidados que requieren los adultos mayores, la adaptación de las ciudades, e incluso, cómo se les integra a la fuerza laboral cuando no son considerados parte de la etapa "productiva".

¿Qué tan preparados están los organismos estatales y cuán rápido avanzan las políticas públicas para atender a esta sociedad de mayor edad? En conversación con Emol, Claudia Rodríguez, coordinadora general del Centro de Envejecimiento de la Universidad de los Andes, comenta que "la sociedad chilena no está preparada para abordar los desafíos que devela el envejecer. Desde cómo se diseñan las ciudades, hasta cómo se entregan servicios y atenciones a las personas mayores".

"Hay mucho que avanzar respecto a reconocer y respetar los derechos que tienen las personas mayores y orientar políticas que construyan una sociedad basada en el cuidado y respeto como indicadores de bienestar", plantea.

Por su parte, Eduardo Toro, director ejecutivo de Conecta Mayor UC, cree que "en un país que envejece a pasos acelerados, los organismos estatales no han demostrado estar a la altura de este desafío". Para ilustrar, recuerda que en diciembre del 2027 deberá estar completamente implementada la Ley de Transformación Digital del Estado, que establece que todos los procedimientos administrativos de los órganos de la Administración del Estado se realicen en formato electrónico.

"Sin embargo, esta verdadera revolución digital excluye a las personas mayores, por un lado, con plataformas de atención sin las condiciones mínimas para ser inclusivas con los mayores y, por otro, sin responder a sus necesidades de digitalización. Un grupo etario ávido por aprender no está siendo atendido por un Estado que aún no comprende que la inclusión digital permea todos los ámbitos y, por ende es, también, inclusión social", sostiene.

Otras medidas urgentes


La información que recopile el Censo 2024, por ejemplo, será clave para tener datos concretos para avanzar en políticas públicas que apunten a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, puesto que se podrán identificar necesidades en salud, servicios, infraestructura o en materia social.

Rodríguez dice que además "se debe avanzar en la discusión de la Ley de envejecimiento activo, saludable y digno, que es un marco normativo que pretende justamente proteger estos derechos en las personas mayores , generando cambios estructurales en Chile". La normativa se aprobó en enero de 2023 en el Senado y pasó a la Cámara de Diputados, donde tuvo urgencia simple y ahora, suma urgencia.

Sobre este punto, Toro añade que el aprobarse esta ley sería una de las "señales" para avanzar, sin embargo, uno de sus artículos recientemente aprobados indica que "las personas mayores tienen derecho al trabajo digno y decente, con igualdad de oportunidades y de trato respecto a los demás", lo que choca con un sueldo mínimo que los excluye, ya que es solo para los trabajadores entre los 18 y 65 años de edad.

La ministra de Desarrollo Social, Javiera Toro, dijo a Emol que el proyecto actualmente está en segundo trámite constitucional, se están votando las indicaciones, "y esperamos que en las próximas semanas la iniciativa pase a la comisión de Hacienda para luego ser votada en la Sala".

"La iniciativa considera a las personas mayores como sujetos de derecho, contempla la creación de una Política Nacional de Envejecimiento en base a la participación ciudadana como encuentros y diálogos de personas mayores, robustecer a Senama para poder denunciar la vulneración de derechos y el acceso a atención judicial preferente, entre otros puntos", destacó.

El desafío de los cuidados


Otro desafío relevante en una sociedad con cada vez más adultos mayores es avanzar en los cuidados, protegiendo tanto a quienes lo requieren, como a quienes ejercen esta labor. Actualmente, las mujeres son quienes absorben en mayor medida este rol.

El año pasado, el Gobierno sentó las bases del Sistema Nacional e Integral de Cuidados, a través del presupuesto 2024, donde se aumentó en un 25% los recursos destinados a cuidados –más de $94 mil millones– para fortalecer la oferta existente y sumar nuevas medidas. Entre ellas, aumentar los Eleam, llegar a nuevas regiones con residencias para adultos con discapacidad, red local de apoyo y cuidados, y centros comunitarios de cuidados.

Pero aún cuando hay un modelo sobre la mesa, el problema sigue siendo urgente: lo que existe hasta hoy, no alcanza a cubrir las necesidades. Al menos así lo detalla el último estudio presentado por el Hogar de Cristo, donde se detalla que el programa de Cuidados Domiciliarios de Senama, en 2022 cubrió apenas al 2,9% de la población que requiere atención en sus casas. Poco más de 1.500 de un total de más de 52 mil.

Asimismo, detectaron largas listas de espera por falta de camas en residencias administradas por Senama y una oferta centralizada en la RM de los Eleam: de los 878 centros, casi la mitad está en la capital (429).

En la instancia, la ministra Toro destacó el Sistema Nacional de Cuidados y el trabajo de este año, pero reconoció que "eso aún es insuficiente y por eso nuestro Gobierno va a hacer un esfuerzo adicional con el presupuesto 2025-2026, lo que nos va a permitir mejorar esta cobertura y las brechas que hoy día existen, pero la problemática de los cuidados tiene una magnitud que hoy día requiere recursos adicionales y por eso se requiere un pacto fiscal".

El "edadismo" en los servicios y la banca


El último reporte del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) en torno a la discriminación en adultos mayores fue en 2022. En esa oportunidad, el servicio dio cuenta que hubo 28.918 reclamos ingresados ese año por parte de adultos mayores, correspondiente al 9,3% del total.

Los principales reclamos apuntan al mundo financiero (25,8%), mercado de telecomunicaciones (21,5%), retail (18,4%), sevicios básicos (11%) y transporte (6,9%). En tanto, entre los productos más reclamados está el servicio de luz, tarjetas de crédito y servicios de telecomunicación hogar.

"El edadismo se ha transformado en una discriminación naturalizada y socialmente aceptada, instalada en expresiones populares como 'me llegó el viejazo', 'ya no estás en edad para eso' o cuando nos referimos a las personas mayores como 'abuelitos', asumiendo que, por tener una cierta edad, tienen nietos y eso está sobre su identidad como individuos".

Eduardo Toro, Conecta Mayor UC
Por otro lado, las personas mayores reclamaron proporcionalmente un 9,5% más que el resto de la población en el mercado financiero; un 6,9% más en los servicios básicos; y un 5,8% más en telecomunicaciones.

Las principales causas fueron cobros indebidos, cobros que no reconocen (fraude), falta de atención preferencial en instituciones financieras o retail, y hostigamiento por parte de empresas de cobranza.

Al parecer, el problema del "edadismo" financiero está lejos de tener soluciones prontas y se continúa repitiendo en bancos y sucursales de este rubro. En febrero, el ingeniero agrónomo Fernando Pardo, expuso en una carta a El Mercurio el "momento humillante" por el que tuvo que pasar debido a su edad: se acercó a un banco y le negaron acceder a una cuenta corriente o solicitar alguna tarjeta. "Por primera vez me echaron para la casa por viejo", reclamó.

Toro, por su parte, remarca en este sentido que "la edad es la tercera causa de mayor discriminación en el mundo, y Chile no se queda atrás", y es una conducta se manifiesta tanto en el ámbito privado como en el público.

"Se ve, por ejemplo, dentro de las familias al infantilizar a los mayores decidiendo por ellos o no tomando en cuenta sus propias elecciones; y en el ámbito público, en espacios como la salud, mercado laboral, los medios de comunicación o la discriminación bancaria", comenta.

Desgraciadamente, añade, "el edadismo se ha transformado en una discriminación naturalizada y socialmente aceptada, instalada en expresiones populares como 'me llegó el viejazo', 'ya no estás en edad para eso' o cuando nos referimos a las personas mayores como 'abuelitos', asumiendo que, por tener una cierta edad, tienen nietos y eso está sobre su identidad como individuos", precisó.

Rodríguez concuerda en que "está muy arraigado el edadismo. Se empequeñece y no considera a las personas mayores en temas diversos. Se excluye, no se reconocen como personas valiosas que por su experiencia pueden seguir aportando a la sociedad".
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