Siete millones de votos más y el incierto sufragio de extranjeros en comunas conducidas por la izquierda, como Santiago, Estación Central o Independencia, es de lo que se habla cuando se evidencia que ese sector político ha rechazado el multar a quienes no concurran a sufragar. En el primer caso, al observar parte de los comicios desde 1989, se evidencia un salto en el caudal electoral que concurre a las urnas cuando el sufragio es obligatorio y, por el contrario, el mismo disminuye ante el voto voluntario. De los datos se desprende, al mirar los procesos constitucionales, que ante igual patrón de obligatoriedad con sanción al no votar, en la elección municipal y regional de octubre próximo, el bolsón de votos a disputar sería en torno a los 7 millones, lo que en la oposición advierten, el oficialismo sabe bien, por lo que ahí estaría arraigado el motivo para no innovar con una multa.