El
ministro de Justicia, Luis Cordero, ha sido el encargado de salir a defender, detallar y conversar con distintos actores políticos respecto a la instalación de la cárcel de máxima seguridad que anunció la semana pasada el Presidente Gabriel Boric, y que se instalará en la comuna de Santiago, y que ha tenido una fuerte resistencia de la alcaldesa,
Irací Hassler (PC).
Esto, luego de un crudo fin de semana que dejó al menos a 15 muertos en el país, especialmente en la RM. Entre los casos de mayor connotación, la masacre en Quilicura -donde murieron cuatro adolescentes-, y los cinco ciudadanos extranjeros fallecidos tras un evento clandestino en Lampa.
En conversación con
Radio Universo, Cordero reflexionó sobre los crímenes: "
ningún homicidio, y particularmente en las condiciones que ocurrieron estos, se pueden normalizar", comentó. "Creo que Chile no puede normalizar, creo que no lo ha hecho, creo si hay una coincidencia, con tonos más o tonos menos, ni los medios de comunicación ni el sistema político ha normalizado, y creo que es conveniente que no suceda", precisó.
"En las agendas de seguridad pública, los Estados tienen dos maneras de abordarla; la primera, enfrentándolas y escandalizándose después de cada hecho que ocurre, para poder seguir tomando decisiones; y la segunda, es ignorándolas. Porque se hacen tan recurrentes, que esta idea de crónica roja forma parte del noticiario o de la prensa, en cuyo caso, se normaliza".
El ministro añadió en esa línea que las "soluciones de seguridad" que suponen que esos ilícitos no ocurran y que los autores sean sancionados, requieren "de acuerdos colectivos". "Fraccionando el sistema institucional o polarizando la discusión pública, lo que puede ganar son minutos de televisión, pero lo que no va a ganar, van a ser resultados", subrayó.
Junto con señalar que son decisiones "difíciles", remarcó que "con indiferencia de quien gobierna hoy o quien gobernó antes, si uno no soluciona el problema de seguridad, se transforman en problemas estructurales que van a sufrir las administraciones siguientes".
Un "polo" judicial en Santiago
Sobre la idea de construir la cárcel en Santiago, para hacer un "polo" judicial, el ministro recordó que desde hace años que el Estado de Chile viene desarrollando estrategias para adquirir mayores establecimientos carcelarios -especialmente desde la reforma procesal penal, donde se condenó a muchas personas en poco tiempo- y se adquirieron terrenos, por ejemplo, en Tiltil y en Santiago, en la esquina de Pedro Montt con Club Hípico. Pero "prácticamente ningún" proyecto se pudo desarrollar, afirmó.
Cordero explicó que en 2020-2021, el ex ministro de Justicia, Hernán Larraín, solicitó al Gobierno Regional Metropolitano modificar el plan regulador, porque "no había disponibilidad para desarrollar proyectos penitenciarios; de hecho, no se pueden ampliar los que ya están", y el año pasado, detalló Cordero, el Congreso se abrió a aprobar una ley que permite la ampliación y remodelación de proyectos penitenciarios.
Esa es la facultad que está ejerciendo hoy el Ejecutivo.
Sobre los reparos de Hassler, Cordero afirmó que "empatizo completamente con la alcaldesa, si la posición de la alcaldesa no es distinta a la de ningún alcalde. Si el que modificó el plan regular de Santiago para impedir que se construyera una cárcel en 2011, fue el alcalde (Pablo) Zalaquett".
"Lo que quiero decir con esto es que es evidente que donde hay establecimientos penitenciarios, se produce un impacto", reconoció. Pero dijo que "o gestionamos el ingreso de las personas privadas de libertad (...) o gestionamos la disponibilidad de plazas. Pero no se pueden seguir metiendo personas privadas de libertad, haciéndose cargo de los temas de seguridad, y no desarrollar recintos penitenciarios", subrayó.
Caso Macaya vs. Jadue
Cordero abordó también las comparaciones que han surgido respecto a la forma en que se ha llevado el caso de Daniel Jadue -imputado por estafa, administración desleal, fraude al fisco y un delito concursal- y que permanece en prisión preventiva, versus el desarrollo del caso de Eduardo Macaya, quien estuvo tres días en la cárcel de Rancagua y hoy mantiene arresto domiciliario, pese a estar condenado por abuso infantil reiterado.
Sobre aquello, Cordero planteó que "es difícil entrar en esas aguas sin entrar en un análisis sobre el mérito de las resoluciones judiciales. Pero a vista de todos, supone, evidentemente, un trato diferenciado".
"Habitualmente esas decisiones judiciales tienen trato diferenciado, no sólo por la gravedad de los delitos, sino por los hechos que se exponen en las audiencias. La estrategia del alcalde Jadue ha sido muy clara y explícita; en el caso de señor Macaya, está condenado, y la decisión está vinculada a lo que sucede con su situación mientras se esperan los resultados del recurso de nulidad", acotó.
Añadió que "cuando se producen diferencias de este tipo, son muy difíciles de explicar para la gente. Uno de los temas clave que tiene el sistema de Justicia para proveer confianza, no solo tiene que reducir las brechas de impunidad, sino que tener un tratamiento igualitario a aquellas personas que se puedan encontrar en situaciones similares, y eso produce este tipo de comparaciones que son complejas, y dan origen en este caso, como en otros, a percepciones de trato diferenciado, que son difíciles, y que terminan por afectar la visión sobre el desempeño del sistema judicial".
Con todo, Cordero reconoció que lo de Macaya "es un caso que tiene tratamiento diferenciado, eso es evidente. Lo que pasa es que los jueces toman decisiones en relación a los argumentos que las partes dan en las audiencias".
La tesis de la jueza, en el caso de Jadue, que es un peligro para la sociedad, está asociada a la gestión que él pudiera tener sobre el desempeño; uno podrá estar en acuerdo o desacuerdo con eso. Yo tengo mi opinión y es relativamente conocida, que tenemos un uso abusivo de la prisión preventiva".
Los tratos diferenciados, explicó el ministro, también tiene relación con cómo las personas son llevadas a las audiencias. "Y yo creo que, efectivamente, esto, a luces de cualquier persona, es una distinción que es muy difícil de justificar, pero creo que tiene el mérito, o probablemente una explicación, en el contexto del debate de los hechos en las audiencias", zanjó.
