"Pero trabaja po’", le dice la voz de una mujer a Tomás Antihuen (22) en un llamado telefónico interceptado por Carabineros. Ya estaba identificado y era buscado como uno de los involucrados en el caso del triple crimen de los funcionarios Carlos Cisterna, Sergio Arévalo y Misael Vidal, ocurrido en Cañete, en la Región del Biobío, el 27 de abril pasado, el mismo día en que se celebraba el aniversario institucional. "No voy a ir a hue... pa’ allá, ponte vi(v)a’ oh, qué hue... te pasa", le contesta el aún prófugo.
Ambos estaban conversando, dado que tienen una hija en común. Para entonces había transcurrido cerca de un mes desde los asesinatos.
La evidencia recogida por el OS9 de la policía uniformada da cuenta de que ya en ese momento el imputado estaba pensando huir. La misma mujer le pregunta: "¿Y para dónde te vai a ir a hue...?, (...) no vai a encontrar trabajo?". Acto seguido, agrega: "¡Ajá!, y te vai’ a Santiago... ahí te van a pillarte de una".
Esta tarde serán formalizados los detenidos Felipe (29) y Yeferson Antihuen (19) por el homicidio calificado de los policías. Ambos son hermanos de Tomás y sobrinos de Carlos Antihuen, cuya cautelar de arresto domiciliario controlaban en el sector de Antiquina —a unos cinco kilómetros de Cañete— los carabineros ese 27 de abril cuando fueron emboscados y atacados por los imputados. También enfrentará cargos Nicolás Rivas (19).
Tras ser asesinados, de acuerdo a los antecedentes reunidos en la indagatoria, los cuerpos de los funcionarios policiales fueron puestos en el pick up de la camioneta blindada en la que se trasladaban, la que fue encontrada en llamas en la ruta que une Tirúa con Cañete.
Una de las primeras pistas clave para identificar a los autores fue el ADN de uno de ellos. Se usó prueba científica, levantada en distintos sitios del suceso: en el lugar del crimen de los policías, pero también en un asalto el 29 de marzo de 2023. En ese robo se halló sangre en un polerón.
Luego, para hacer las comparaciones genéticas se hizo el seguimiento de Yeferson Antihuen y se detectó que "escupe al suelo" el 26 de junio. La policía levantó la muestra y dice que "existe coincidencia de perfil genético, correspondiendo a la misma persona".
Advertencias durante clandestinidad
También las “escuchas” al teléfono de Tomás dan cuenta de las advertencias que le hacen sobre la presencia de policías en distintas ocasiones. Esto, según registros del 2 de mayo. Un hombre le advierte "malas noticias", al tiempo que añade: "¡Por Huente, por Huente! (ubicación), pasando decían”. "Vienen pal’ sur, pa’ que lado no se sabe, alerta nomás", le comenta el hombre. Tomás le agradece.
Otra interceptación telefónica, del 15 de junio, recoge la advertencia de una voz masculina que lo invita a Quidico, preguntándole si teme ser descubierto. "Toi aburrío igual", responde prófugo, aunque reconoce tener "miedito" de viajar en bus.
Mientras que una tercera comunicación interceptada da cuenta del carácter de Tomás Antihuen. En un llamado le pide explicaciones a un tercero y este contesta: "Pero si tu queriai matarme po’". El joven le contesta: "Quería matarte, a tu papá y ese cu... con el que andabai’"
Entre los peritajes se realizó una simulación del crimen de los efectivos policiales.
Familiares buscaban esconder escopeta
En las escuchas, además, se revela la presunta entrega del armamento usado en el crimen y también las medidas familiares que se adoptan para que uno de los imputados no sea descubierto y los investigadores no hallen la escopeta en el domicilio de su padre.
"Yo voy a sacar la hue... de acá", dice el padre de Yeferson Antihuen. A lo que su hijo contesta que la deje "en otro lado". "Sí, sí, porque pueden andar con detector de metales, alguna hue... y queda la cag...", le advierte el hombre, agregando: "Voy a hacer un invento pa’ sacarla".
En una escucha el 2 de julio recién pasado, familiares se refieren a una escopeta. "Pero hoy día se nota, yo mismo entré a la casa y tiene, tenía la... tenía la cuestión de la escopeta escondía y la sacó el hue... y no se pa’ onde salió con la escopeta".
Peritaje balístico arroja trayectoria "descendente"
La policía, además, realizó una reconstrucción de los hechos y fotografió, usando a peritos, la forma en que habrían asesinado a los carabineros.
Un peritaje, por ejemplo, detalla las lesiones a una de las víctimas: "Corresponde a herida de entrada de proyectil en cráneo a nivel temporal, nivel temporal izquierdo, con una trayectoria descendente, con un trayecto intra corporal de 40 centímetros".
El análisis contiene una serie de imágenes en que se replican las posiciones de los carabineros y sus ejecutores. En distintas fotografías, se observa el ataque con disparos por la espalda. Así, en una de las conclusiones, se menciona: "Previo cálculo de fórmula matemática, se determinó que la posición probable de la víctima (...), se encontraba arrodillado y con el tirador en su parte posterior".
