"Ciertamente hay una preocupación de que esto se pudiera intensificar y para eso, ciertamente tenemos que prepararnos", dijo esta mañana la vicepresidenta, Carolina Tohá, al ser consultada por la eventual ola migratoria que podría acrecentarse tras los cuestionados resultados de la elección presidencial de Venezuela, que le dio el "triunfo" a Nicolás Maduro.
Si bien la ministra dijo que la ola migratoria "no se ha detenido en ningún momento", ya hay algunos movimientos desde el Gobierno que buscan hacer frente a un escenario más complejo. Para eso, habrá una reunión esta tarde, donde participarán los ministerios de Interior, Defensa, el Servicio Nacional de Migraciones y todas las instituciones que participan en el control fronterizo, para analizar medidas a tomar.
En los próximos días, además, autoridades irán al norte del país para trabajar con los equipos que allí están emplazados. De hecho, el alcalde de Arica, Gerardo Espíndola, ya ha sostenido reuniones en torno a este tema con policías, fiscalía, Migraciones y la Delegación Presidencial, para revisar el posible impacto, que abarca desde complejidades sociales hasta el ingreso de personas que delinquen y se suman a bandas criminales locales o pertenecen a alguna organización transnacional, como el Tren de Aragua.
La crisis en Venezuela ha significado la salida de más de 7,7 millones de personas de ese país, de acuerdo a datos de La Agencia de la ONU para los Refugiados. De ellos, 6,5 millones de personas han llegado a países de América Latina y el Caribe. En el caso de Chile, se han contabilizado entre 500 mil y 700 mil, pero se estima que puedan ser mucho más, a raíz de quienes se encuentran en situación irregular.
Consultados por Emol, expertos en materia migratoria abordan las directrices que se deberían considerar para ponderar el eventual aumento de un éxodo desde Venezuela hacia a Chile, con las presiones que puedan abrirse en materia de seguridad.
Algunas estimaciones apuntan incluso a que cerca de 5 millones de venezolanos pueden salir de su país en los próximos meses, en tanto, Chile, históricamente, ha recibido alrededor de un 10% de esos flujos. Un control fronterizo y una política migratoria clara, son parte de las propuestas estructurales, aunque hay otras dimensiones clave que abordar.
"Presión en los servicios políticos y de seguridad"
Para el ex director del Servicio Nacional de Migraciones, Álvaro Bellolio, "es altamente probable que la fraudulenta reelección de Maduro y la continua crisis en Venezuela desencadenen una nueva ola migratoria hacia Chile, lo que podría resultar en un aumento significativo en la llegada de venezolanos, lo que puede generar presión sobre los servicios públicos y el sistema de seguridad".
Ante las estimaciones del flujo migratorio venidero, Bellolio afirma que "es fundamental que Chile implemente un control fronterizo más estricto y una política migratoria clara. Asimismo, es vital que el Gobierno fortalezca la colaboración con otros países de la región para gestionar de manera conjunta este fenómeno migratorio".
En términos de seguridad interna, dice que "es crucial establecer medidas para prevenir la formación de redes delictivas y proteger los derechos de todos los residentes, incluidos los migrantes que ingresaron de forma regular al país. Finalmente, es fundamental que, ocupando el Convenio de Estrasburgo, los extranjeros condenados cumplan su condena en el país de origen, dado el alto porcentaje de extranjeros privados de libertad, que ya llega al 15%, casi el doble de lo que representan como residentes en el país", afirmó.
Por su parte, Eric Latorre, analista político y director del Magíster en Gobierno y Adm. Pública de la U. Autónoma, advierte que "si no se hace algo para empezar, como pedir visados en Bolivia, reforzar las fronteras, vamos a tener una crisis humanitaria muy importante con una gran cantidad literalmente de refugiados que van a estar en Chile indocumentados y con la imposibilidad de regularizar sus situaciones migratorias".
Nanette Liberona, académica del Departamento de Antropología y Doctorado en Ciencias Sociales Universidad de Tarapacá, concuerda en que "lo más probable" es que aumente la población venezolana, "a pesar de que seguramente no con la magnitud experimentada en 2020-2021, ya que muchas personas han tenido malas experiencias en nuestro país, las que han dado a conocer a sus familiares y masivamente a través de redes sociales, como por ejemplo, racismo, explotación laboral, entre otras".
La también doctora en Antropología y Sociología e investigadora especializada en temas migratorios, comenta que respecto a la seguridad "es importante tener en consideración que un escenario electoral (como el que viene), generalmente saca rédito de estas situaciones, espectacularizando la irregularización migratoria y estigmatizando a ciertas colectividades, como la venezolana".
