Una semana después de las elecciones presidenciales en
Venezuela, la situación en el país caribeño ha empeorado. Mientras buena parte de la comunidad internacional sigue rechazando los resultados oficiales, el presidente
Nicolás Maduro se mantiene firme en el poder y ha iniciado una ofensiva contra la oposición y aquellos países que han cuestionado el proceso, incluido Chile, que este sábado recibió al recientemente expulsado embajador en Caracas,
Jaime Gazmuri. En esa línea, el canciller,
Alberto van Klaveren, reconoce que las relaciones con el régimen están en su peor nivel.
En conversación con el diario El País, el ministro de Relaciones Exteriores aseguró que Gazmuri seguirá
"preocupándose de temas de Venezuela desde Chile y después evaluaremos su papel en este nuevo contexto".
En esa línea, el jefe diplomático reconoció que las relaciones con Venezuela están a un nivel absolutamente mínimo. Pero han pasado muy pocos días después de esa medida (la salida del personal diplomático), y
nosotros no renunciamos a tener un diálogo mínimo con Venezuela, así como con cualquier otro país del mundo".
Van Klaveren recalcó que hubo un momento en que las relaciones con el régimen de Maduro "parecían mejorar" y que incluso mantuvo cierta comunicación con el canciller venezolano, Yván Gil. Pero hubo situaciones que complicaron el panorama, como las declaraciones del jefe diplomático de Maduro sobre el Tren de Aragua.
"Ahí tuvimos un impasse, pero recibí una explicación que no era totalmente satisfactoria, pero por lo menos era una explicación en la que él me señaló que se refería a la desarticulación del Tren de Aragua en Venezuela. Y que se había producido una confusión, y que él no descartaba que hubiese algunas ramas que siguieran operando fuera del país", afirmó el canciller chileno, quien de todos modos agregó que "no le creí demasiado" a Gil tras su explicación.
Con todo, el ministro reconoció que la relación con Venezuela "siempre fue difícil", básicamente por la orientación política e ideológica del país caribeño. "Desde la época del presidente Chávez que fueron relaciones complejas.
Durante el Gobierno actual había alguna expectativa de que la relación pudiese mejorar, y por eso procedimos a designar a un embajador. Teníamos la expectativa que eso permitiera abordar de una mejor manera el problema de la migración descontrolada desde Venezuela y también lograr una mayor cooperación en la lucha contra el crimen organizado", añadió.
Del mismo modo, Van Klaveren admitió que el crimen de Ronald Ojeda fue un hito en el deterioro de las relaciones con Caracas. "Venezuela se comprometió a entregar esa cooperación y la verdad es que no cumplió", afirmó.
Rol internacional de Chile
El ministro de RR.EE. también aclaró que Chile coincide "totalmente" con la declaración conjunta de Brasil, México y Colombia, donde piden una salida institucional en Venezuela y que se muestren las actas. Sin embargo, esos países "no nos invitaron, pero hemos estado en contacto desde el comienzo con ellos".
"Yo creo que los tres países evaluaron que incorporar a Chile podía dificultar el esfuerzo de mediación con el Gobierno de Maduro. Básicamente, porque fuimos uno de los primeros países en cuestionar los resultados de la elección a nivel mundial. Y eso generó una tensión grande con el Gobierno de Maduro y esa tensión, de alguna manera, hacía muy difícil que pudiésemos participar activamente en esfuerzos de mediación", aseguró Van Klaveren.
En esa línea, el canciller resaltó que la reacción rápida que tuvo Chile por las elecciones de Venezuela en comparación con los países recién mencionados
"responde a una convicción absolutamente fuerte del Presidente Boric".
Consultado por una posible participación de Chile en las negociaciones impulsadas por México, Brasil y Colombia, el jefe diplomático indicó que el país "está absolutamente disponible, pero en la medida en que podamos desempeñar un papel útil en cualquier esfuerzo de mediación frente a la crisis venezolana".
Por otro lado, insistió en que "una salida institucional es que se den a conocer las actas, que es lo que se está solicitando, pero eso supone también que esas actas sean aceptadas por ambas partes y eso no está asegurado. Si eso no ocurre, seguimos con el problema vivo y en ese caso, a nivel de reflexión, habría que buscar otra salida institucional. Pero esto no es una propuesta que estemos haciendo en absoluto".
"Lo que esperamos es que venga una negociación entre el Gobierno y la oposición", enfatizó.