Un total de 19 acuerdos bilaterales en materias como seguridad, salud, comercio, cultura y ciencia, fue lo que suscribieron los Gobiernos de Chile y Brasil, en la visita de Estado que encabezó el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en el territorio nacional.
Como un agregado de esta robusta agenda, ambos Mandatarios se mostraron cercanos.
Fue así que se les vio llevando un diálogo constante en medio de la firma de estos acuerdos en el patio de Las Camelias del Palacio de La Moneda, y este martes, en la suscripción de la cooperación en actividades espaciales para fines pacíficos. Allí defendieron la democratización de los beneficios del desarrollo espacial, y de paso, criticaron a multimillonarios, como Elon Musk, que buscan expandirse a Marte.
Pero al margen de los asuntos bilaterales y de la impronta de su interacción, la relación de Boric y Lula evidenció contrastes.
Así fue con la ausencia de consensos sobre el escenario político de Venezuela, versus la proximidad que el líder del Partido de los Trabajadores demostró hacia el frenteamplista, al invitarlo a la cumbre de líderes progresistas contra los extremismos que está organizando con el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y a la que Boric aceptó ir.
Esta instancia, que busca conformar un frente común en defensa de la democracia, acontecerá en la segunda quincena de septiembre en Nueva York, al igual que la asamblea general de la ONU.
Antes de que Lula lo invitara al cónclave que está ideando -durante la reunión privada que sostuvo con él en La Moneda- Boric no tenía contemplado asistir a la ONU, a diferencia de sus primeros dos años de Gobierno. Ahora, asistirá tanto al plenario del organismo, como a la convocatoria contra extremismos de Lula y a la cumbre Futuro
"Nuestros ideales van con la defensa de la democracia, por eso quiero invitar al Presidente Boric para la reunión de lideres democráticos contra el extremismo que yo y Pedro Sánchez vamos a organizar en Nueva York en contexto de la Asamblea General de la ONU", sostuvo Lula este lunes.
Por lo demás, Boric también decidió asistir a la cumbre de países del G20 a realizarse en Río de Janeiro, durante noviembre, cuya invitación también le extendió el Mandatario brasileño.
El cabo abierto de Venezuela
Con todo, el escenario político que dejó las elecciones presidenciales de Venezuela del pasado 28 de julio, no fue un punto común entre las dos autoridades.
Ambos ya habían diferido sobre el régimen de Nicolás Maduro en la cumbre de Brasilia del año pasado, cuando el Presidente chileno rebatió al de Brasil al descartar que sea la construcción de una narrativa la falta de democracia en Venezuela.
En esta oportunidad, Boric decidió guardar silencio sobre el conflicto venezolano. Si bien anunció en plena declaración conjunta que se referiría a esta trama la tarde de este martes, finalmente no se pronunció sobre este hecho. A su vez, el Mandatario brasileño sí abordó el asunto de Venezuela, relevando su gestiones para consensuar una salida entre el régimen de Maduro y la oposición.
Antes de la visita de Estado, altas fuentes del Gobierno reconocían en privado que no sería fácil ponerse de acuerdo con los brasileños respecto a Venezuela. Además, se apuntaba a los conflictos limítrofes que Brasil tiene con Venezuela por Guyana como una razón por la cual Lula actuaría con cautela sobre Maduro.
Así, mientas el Mandatario de Brasil apuesta por un rol negociador sobre el conflicto venezolano, Boric volvió a criticar al líder chavista por el anuncio de persecución penal contra Edmundo González y María Corina Machado, en tanto en el Congreso, se le presiona por declarar vencedor al candidato de la oposición.
A propósito de González se le consultó a Lula, en su paso por el Foro Empresarial Chile-Brasil, a lo que el Presidente de Brasil replicó: "Calma querida. El tipo ni siquiera tomó el poder y ¿Quieres que hable?".
