Un verdadero terremoto ocurrió esta tarde en la Policía de Investigaciones luego que se revelara que funcionarios de la institución manejaban información que advertía sobre el atraco que afectó a una sucursal de Brinks en Rancagua.
En horas de esta noche la PDI comunicó que el director general
Eduardo Cerna llamó a retiro al prefecto provincial de Cachapoal por "su eventual responsabilidad en la dilación de la entrega de los antecedentes al Ministerio Público".
Según se detalló en un comunicado, "un detective de la dotación de la Región Policial del Libertador Bernardo O´Higgins, recibió antecedentes relacionados a un eventual delito robo que afectaría a otra empresa de valores ubicada en la misma ciudad de Rancagua".
En ese contexto, la información fue canalizada al entonces prefecto provincial de Cachapoal "cuya ponderación, análisis y caracterización fue desatendida por éste, lo que dilató su canalización al Ministerio Público". Aquella decisión selló su salida de la institución.
Junto a lo anterior, Cerna instruyó un sumario administrativo "para esclarecer fehacientemente las causas y circunstancias de los hechos".
"Reiteramos que la Policía de Investigaciones de Chile no acepta este tipo de conductas que se alejan de los deberes y obligaciones que rigen a cada uno de sus miembros. Esta lamentable situación no merma en absoluto nuestro compromiso, dedicación y abnegación en la investigación profesional de los delitos, ofreciendo así a la ciudadanía la tranquilidad y seguridad que legítimamente nos exige", indicó la PDI.
Posteriormente, se consignó que el sábado recién pasado, una vez perpetrado el robo, se comunicó " esta información de manera telefónica al Fiscal de la causa, lo cual se formalizó el día de hoy, mediante la entrega de un informe policial en reunión sostenida esta tarde con dicho persecutor".