El Colegio de Abogados ingresó ayer al debate por el caso Audios, en concreto, porque sus principales protagonistas son abogados imputados por delitos de soborno, lavado de activos y delitos tributarios. Tanto Luis Hermosilla como Leonarda Villalobos quedaron en prisión prevetinva mientras dura la investigación.
En concreto, los colegiados legaron una alerta -a través de una declaración- respecto a la necesidad de que exista un mayor control ético de la profesión, la que se vería "debilitada por el marco constitucional y legal vigente, creándose estándar diferenciado entre abogados colegiados y no colegiados".
Por eso, anunciaron que prepararon una propuesta de proyecto de reforma constitucional, para asegurar "el control ético único, universal y efectivo" por parte del colegio profesional, es decir que "los pares sean quienes ejerzan el control ético".
En conversación con Emol, abogados profundizan en la propuesta, en concreto, sobre qué cambios éticos hay que hacer para mejorar la profesión y qué elementos debería contener una propuesta de proyecto de reforma constitucional para que todas las dimensiones del debate -al menos, del planteado por los colegiados-, queden cubiertas.
Colegiatura y libertad de asociación
Javier Couso, abogado constitucionalista y académico de la UDP, comenta que "por primera vez veo una declaración del Colegio de Abogados que propone una jurisdicción universal y única en el control ético, lo que supone un solo Colegio de Abogados, que además sea obligatorio, como ocurre en Estados Unidos", comentó.
"Yo creo que es imposible tener un control ético único universal si es que no hay colegiatura obligatoria o un solo Colegio de Abogados. Porque si no, ese control ético sería aplicada a quienes no están asociados; sería inconstitucional por el derecho de asociación", añadió el abogado.
"Ello implicaría una reforma constitucional mas amplia que la que asumo el Colegio de Abogados está considerando", cerró.
Por su parte, Alan Bronfman, abogado constitucional y académico de la PUCV, comenta que "lo admisible e inadmisible desde el punto de vista ético, si bien sigue criterios generales, requiere de criterios precisos y dinámicos que guíen a los profesionales en las relaciones de prestación de servicios que actualmente se desarrollan".
"De ahí que no sólo se trate de reglas conocidas, sino de reglas que hay que actualizar y de principios que hay que concretar de modo regular, bien como normas disciplinarias, éticas y buenas prácticas. El Colegio de Abogados así lo ha entendido y trabaja en esta línea", sostiene.
En cuanto al sometimiento a un control ético, opina en la misma línea de Couso, puesto que "dada la libertad de asociación, no es posible forzar a un profesional a integrarse a un colegio que tenga potestades de control ético", y si bien hay una norma que remite el control ético de los no colegiados a los tribunales especiales que determine la ley, "tengo la impresión que se utiliza poco (entre otras razones porque la norma ética aplicable no se encuentra actualizada)".
A su juicio, para evitar un cambio radical en la libertad de asociación, sería posible legislar sobre algunas cuestiones que podrían hacer más evidente la existencia o inexistencia de control ético sobre un profesional determinado, "por ejemplo, una obligación de indicar el carácter de profesional colegiado o no colegiado en determinadas actuaciones ante órganos del estado, jurisdiccionales o administrativos", sostiene.
Otros pilares para la formación y supervisión ética
Por su parte, Daniela Moya, Head of Legal B2B Services de Total Abogados, comenta que es importante implementar varios cambios éticos, "que no solo refuercen la integridad de la profesión sino que también le den sentido a los procesos", cambios que van de la mano con la educación, supervisión y fortalecimiento de los valores profesionales.
"Inicialmente es importante partir desde las escuelas de Derecho, son éstas las que deben poner mayor énfasis en dar una formación ética integral a la práctica del derecho. No sirve enseñar solo procedimientos de tramitación ni códigos normativos, sino que deben hacer frente a casos de corrupción que permita a los estudiantes crear y desarrollar un criterio moral sólido, permitiéndoles adoptar las decisiones correctas al momento de enfrentarse a situaciones conflictivas", comenta.
Sin embargo, precisa que
no basta con una formación académica, sino que durante la práctica profesional, esa ética debe mantenerse. "A modo de sugerencia, podrían implementarse programas de educación continua obligatorios que actualicen y refuercen los conocimientos éticos de los profesionales", acota.
En tercer lugar, comenta que es importante mejorar los mecanismos de supervisión de la conducta de los profesionales, "como comités de ética que actúen como un ente u órgano externo a las instituciones y que gocen de independencia funcional, que podrían estar a cargo del Colegio de Abogados o de empresas privadas o instituciones públicas creadas para ello. Estos deberían tener facultades de investigación, análisis y sanción, donde sus resoluciones sean vinculantes para aquellos que han cometido alguna falta a la probidad".
En cuarto lugar, apunta a que "no puede faltar una cultura de transparencia", donde cada estudio jurídico, empresa privada y/o institución pública, cuente con los valores básicos, políticas, protocolos y procedimientos frente a riesgos, denuncias internas, garantizando una investigación en caso de cualquier sospecha de una falta. "Hoy estamos muy conscientes de que las empresas han adoptado protocolos contra el acoso, violencia en el trabajo; modelos contra la prevención de delitos, ¿por qué no crear algo similar frente a hechos de vulneración a la ética de la profesión?", inquiere.
Finalmente, Moya apunta a la necesidad de "entender que los abogados deben ver su profesión como una vocación al servicio de la justicia y la sociedad, y no solo como un medio de lucro. Es importante que se incentiven instancias de participación en actividades donde se ejerza la profesión en forma gratuita, promoviendo un mejor acceso a la justicia y reforzando así su rol social y ético".