La contralora (s) Dorothy Pérez (al centro en la foto) en una comisión del Senado, organismo que deberá decidir una vez que el Gobierno defina la nominación de ella u otro nombre.
El Mercurio (archivo)
Al ser un organismo autónomo encargado de ejercer control de los actos del Estado, es crucial que la Contraloría General de la República tenga un representante que esté ejerciendo el cargo con plenas facultades y no como ha ocurrido desde diciembre pasado a la fecha, cuando asumió la cabeza del ente de forma subrogante la subcontralora Dorothy Pérez. Aunque algunas de sus decisiones han tenido alta repercusión, Pérez no ha sido ratificada en el cargo -levantando múltiples suspicacias en torno a la indecisión del Ejecutivo- y se transformará, de no mediar una nominación exprés durante la semana que viene, en la protagonista de la subrogancia más extendida en la Contraloría desde el retorno a la democracia.