La reciente resolución emitida por el SAG en torno al pipeño, producto esencial para preparar el infaltable 'Terremoto' durante las Fiestas Patrias, desató una polémica entre sus productores.
Y es que se determinó que el pipeño debe ser considerado como una "bebida alcohólica derivada de la uva" y no como vino, ya que no cumple con los estándares de producción al no alcanzar la graduación alcohólica mínima de 11,5° establecida para los vinos en la ley chilena.
Las primeras críticas llegaron hace unos días desde el representante de la Coalición Nacional de Viñateros, Yenny Lagos, quien calificó la decisión como "una aberración legal y cultural".
Recientemente, el reconocido doctor en Historia y escritor del libro "La vid y el vino en el Cono Sur de América, Chile y Argentina (1545-2019)", Jorge Lacoste, también se refirió al tema.
Lacoste recalcó que "el Pipeño es un vino. El vino es lo que la cultura universal define como vino, no lo que define un tecnócrata. En la Europa medieval se consumía alcohol que tenía 8° de alcohol y era vino porque es el consenso global".
A juicio del mendocino, la decisión del SAG "ha tenido buena intención, pero ha fallado en la apreciación y en el método. Vino un burócrata e hizo una resolución administrativa que dice que son 11 grados y por eso sacó al pipeño de la categoría vino. Lamentablemente, este manejo, esa percepción de la burocracia, es lo que está complicando y creando este mal entendido".
El origen del pipeño es en Chile y se fabrica desde XVIII a partir de uvas criollas. Su nombre se debe a las "pipas", que es como se denomina a los recipientes donde se conserva el líquido antes de ser envasado o consumido.
En torno a lo anterior, Lacoste planteó que "el pipeño es un vino patrimonial, ancestral, típico del mundo campesino chileno y es patrimonio de todo Chile", y por lo mismo "tendría que tener denominación de origen y equivalente a un símbolo nacional, como la bandera nacional, como la canción nacional".
Desde el SAG aclararon que, lejos de querer afectar a los productores de pipeño, su objetivo es apoyarlos y garantizarles solo a ellos, como miembros de la Agricultura Familiar Campesina e integrantes de cooperativas, pueden producirlo y comercializarlo.
