Este miércoles se realizó la segunda jordana de formalización contra el ex general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, junto al ex general director Mario Rozas, y ex subdirector, Diego Olate, por los delitos de omisión de apremios ilegítimos en el contexto del estallido social.
A su salida, Yáñez sostuvo que la imputación en su contra "carece de mucho. No solamente de información relevante, sino que también omite muchos antecedentes que contextualizan lo que ocurrió en esa época".
De esta manera, expresó que durante ese periodo "vivimos uno de los hechos históricos más violentos desde la vuelta de la democracia en nuestro país. La memoria es frágil, pero se incendiaron edificios, se quemaron iglesias, se destruyó el patrimonio público y privado, monumentos nacionales, se afectó la vida de miles de personas que perdieron sus fuentes laborales, sus negocios, la vivienda y la plusvalía de un sector bajó considerablemente, ya nadie quería vivir ahí".
Así lamentó que incluso "se terminó sacando monumentos nacionales que eran orgullo de un país y parte de nuestra historia". En este contexto, manifestó que los Carabineros "hicieron lo que pudieron dentro del mandato constitucional que nos obligaba a restablecer el orden".
Ese orden que era "quebrantado todos los días con actos violentos, destructivos, donde atacaban permanentemente a nuestros carabineros", sostuvo, recordando los cerca de cinco mil Carabineros que resultaron con lesiones, 80 de ellos con quemaduras, más de 120 con impactos balísticos y cerca de 200 con fracturas.
Luego de las constantes manifestaciones, Yáñez comentó que "muchos de ellos no volvieron a trabajar. El estrés postraumático lo obligó a que tuvieran que pedir su desvinculación de la institución por tener una invalidez".
Tras lo anterior explicó que "las manifestaciones pacíficas y sociales tienen límites", los que se alcanzan cuando se comienza a "quebrantar el orden, cuando empiezan a afectar los derechos de los demás, de la ciudadanía", agregando que en este caso, Carabineros "tenía la obligación de restablecer el orden con los elementos, con las herramientas y con las normas que el Estado nos había entregado", lo que calificó como "duro y difícil".
Finalmente, expresó que es necesario "acordarse de lo que pasaba en aquella época" y ponerse en el escenario que vivió el personal de Carabineros. "Muchas de las personas que hablaron hoy no estuvieron en el lugar donde los Carabineros eran atacados permanentemente, donde resguardaban la seguridad de las personas que vivieron en esos lugares", declaró.
"Es muy fácil hoy hacer imputaciones respecto a las actuaciones de ellos, pero había que estar ahí. Entonces hoy, y lo digo con mucha precisión, no habrá justicia sin considerar el contexto en el que se vivió ese periodo. Y no podemos dejar la democracia en manos del vandalismo y de la destrucción. Sin orden no hay patria, hay caos".