A una pena de 15 años de cárcel fue sentenciado un hombre identificado con las iniciales P.E.N.D., de 40 años, tras ser considerado culpable de los delitos de violación y abuso sexual.
Los ataques sexuales fueron cometidos contra la hija de su conviviente y la prima de la misma, hechos ocurridos entre los años 2016 y 2019 en la comuna de Alto Hospicio, Región de Tarapacá. El delincuente efectuó sus delitos tras inventarle a las víctimas un "pacto de brujería".
De acuerdo con lo probado en el juicio oral por la Fiscal Jefe de Alto Hospicio, Jócelyn Pacheco, el primer hecho ocurrió en septiembre de 2016, cuando la víctima en compañía de su prima, quienes tenían en ese entonces 14 años,
se encontraban con el imputado contando historias de brujerías.
El sujeto, haciendo referencia a un pacto, les realizó tocaciones de carácter sexual por encima de la ropa a cada una, amenazándolas con que no podían contar nada y que si lo hacían iban a ser maldecidas.
En el año 2019, el imputado volvió a hablar sobre este pacto con la hija de su conviviente, y con la excusa de que ella se había referido a los abusos con su prima, le advirtió que debían mantener relaciones sexuales para que no se concretara la "maldición".
Ante el miedo y considerando las creencias familiares, la niña accedió y el imputado cometió la primera violación, situación que se repitió en otras ocasiones con diversas amenazas, como la posible muerte de su mascota o madre, si es que ella no accedía, según indicaron desde el Ministerio Público.
Las violaciones culminaron cuando la víctima, buscando liberarse del supuesto pacto a través de un brujo, le contó la situación a su abuela materna, develación que finalmente culminó en la presentación de la denuncia.
En el juicio la fiscal presentó los testimonios de ambas afectadas, del entorno familiar, además de la prueba pericial consistente en el peritaje psicológico y social del Servicio Médico Legal, el cual detalló que el imputado ejerció una sugestión coercitiva mezclando el miedo en función de las creencias esotéricas del grupo familiar de las víctimas, para generar en ellas la sumisión sin enjuiciamiento crítico.
Además, detallaron los síntomas ansiosos y depresivos que presentó la hija de la conviviente del imputado, luego de ocurridos los hechos.
Finalmente, el tribunal resolvió condenar al imputado a la pena de cinco años y un día de presidio, como autor de dos delitos consumados de abuso sexual de mayor de 14 años en contra de ambas víctimas. Igualmente, fue condenado a otros 10 años y un día de presidio por el delito reiterado de violación de mayor de 14 años.