Fueron 13.124.875 personas las que emitieron su voto en el proceso electoral que se desarrolló este fin de semana en el país, lo que de acuerdo al Servicio Electoral (Servel), equivale a un 84,95% de participación.
El proceso tenía una particularidad distinta a comicios anteriores: el voto fue obligatorio, pero que, contrario a otras veces, tenía una multa rebajada (0,5 UTM, lo que se traduce en $33.000 aproximadamente).
Para
Mario Herrera, académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, "
la participación fue alta, pese a la rebaja en la multa". "Solo el primer día de votación participaron más personas que en un proceso electoral tradicional de elecciones municipales. La participación de los dos días es casi el doble de un proceso normal. Por tanto,
la rebaja de la multa parece no haber tenido efecto", sostiene.
De todas maneras advierte que "hay que tener en consideración que, con voto voluntario, la participación en procesos municipales tiende a ser menor que en los nacionales".
Javiera Delgadillo, docente adjunta y jefa de carrera de Administración Pública de la Universidad de O'Higgins (UOH), también coincide en que "existe una participación amplia y sostenida en ambas jornadas electorales, lo que da cuenta de que las personas valoran el ejercicio democrático que se realiza en las urnas y que se planifica para poder participar, independiente de sus preferencias políticas". Además, muestra "las fortalezas del sistema electoral de Chile".
De todos modos, precisa que "al existir obligatoriedad es complejo evaluar la voluntad genuina de las personas de participar en las elecciones, sin embargo, creo que la existencia de voto obligatorio permite tener una visión más clara de las preferencias de las personas y, por tanto, legitimar los espacios de poder".
Cabe mencionar que en el Plebiscito Constitucional de 2023, en el que también había voto obligatorio, se reportaron 13.014.963 sufragios (480.730 fueron nulos y 169.921 blancos).
En la elección del Consejo Constitucional del mismo año, hubo una votación total de 12.484.109 (2.119.506 nulos y 568.673 blancos). En tanto, en el Plebiscito Constitucional de 2022 participaron 13.029.852 personas. En dichos comicios aparecieron poco más de tres millones de votantes nuevos debido al sufragio obligatorio.
Ahora bien, en 2021, cuando se llevaron a cabo las elecciones de alcaldes, concejales, convencionales constituyentes y gobernadores regionales -y cuando la inscripción fue automática y el sufragio voluntario- la votación fue de tan solo 6.468.909, lo que significó un 43,41% del total inscrito.
En ese sentido, Delgadillo expresa que "dichas elecciones tuvieron un porcentaje de participación bajo, lo cual hoy cambia drásticamente al tener voto obligatorio".
Comportamiento de nulos y blancos
De acuerdo con la información del Servel, en estas dos jornadas se notificaron más de 1.350.343 votos nulos, y casi un millón de blancos en la elección de gobernadores (977.557).
En la de alcaldes, con el 99,99% de las mesas escrutadas, se reportaron 899.902 (6,87%) de sufragios nulos y 505.098 (3,85%) de blancos.
En el caso de consejeros regionales, con el 99,9% de mesas escrutadas, los resultados en el mismo ámbito fueron de 1.906.006 votos nulos y 1.466.677 votos en blanco. Y, en concejales, los votos nulos fueron 1.689.440, y los blancos, y 1.117.220 los votos en blanco.
Un primer punto que hizo respecto a este tema Herrera, fue que "
parte de la diferencia en participación entre voto voluntario y voto obligatorio se transformó en un aumento de la votación nula y blanca, pero con algunas diferencias interesantes".
"Si comparamos Lo Barnechea con La Pintana, la proporción de votos nulos y blancos es de más del doble. Por tanto, se replica el sesgo de clase que existía con el voto voluntario, pero ahora no con participación, sino que con votos nulos y blancos", dice.
Por otra parte, menciona que "otra diferencia importante ocurre al comparar elecciones. La proporción de votos nulos y blancos es menor en las elecciones de alcalde, revelando la importancia que para la ciudadanía tiene la figura del jefe comunal. Es, efectivamente, la autoridad política que más conocen y la elección que despierta mayor interés. A esto le sigue gobernador. Esto indica que los cargos donde existe menor cantidad de candidatos los electores pueden identificar su opción, mientras que cuando hay una sobreoferta de candidatos tienden a aumentar los votos nulos y blancos".
Para el experto en estas elecciones los nulos y blancos "aumentaron considerablemente y lo hicieron de manera desigual. Es decir, aumentaron de manera transversal a nivel nacional, pero lo hicieron en mayor proporción en las comunas con mayor nivel de pobreza", lo que "es una especie de reflejo del sesgo de clase del voto voluntario".
La académica Delgadillo expuso por su parte que, "efectivamente, existe un 10% aproximado de votación nula y blanca en estas elecciones para el caso de alcaldes y un 20% aproximado en el caso de los concejales. Un número no menor que puede ser interpretada como indiferencia frente a las diversas alternativas políticas existentes. Indiferencia que puede estar relacionada a un malestar pero, también, a desinformación sobre el proceso y las propuestas".
Respecto a si, además, una de las razones de aquello podría tener relación con los escándalos políticos del último tiempo, manifiesta que "eso afecta la confianza de la ciudadanía en la política, pero no creo que logre afectar de manera trascendental en la elección, toda vez que los criterios de decisión de las personas en elecciones comunales suelen no estar relacionados tan directamente con situaciones nacionales".
"Ejemplo de ello, es lo que ocurre en Ñuñoa o en Santiago, donde salen electos candidatos que han estado vinculados con el caso Hermosilla, pero de todos modos logran apoyo ciudadano. Además de ello, creo que existieron candidatos que decidieron sacar provecho político de situaciones tremendamente repudiables y lamentables como el caso Monsalve", añadió.
El "voto ciego" en la elección de cores
Marco Moreno, analista político de la U. Central, reflexiona que un fenómeno que parece estarse consolidando es el impacto que están teniendo los votos nulos y blancos en los procesos electorales en Chile.
"En esta elección de cores, hace tiempo que se viene expresando un aumento en los votos nulos y blancos, lo que se explica por este fenómeno conocido como el voto ciego en el caso de la elección de consejeros regionales".
Marco Moreno, analista político U. Central
"Cuando los votos nulos y blancos superan el 10% del total de los votos emitidos, los estudios electorales tienden a interpretar este fenómeno como una crisis de legitimidad, porque parte significativa de los electores está rechazando a los candidatos o también al proceso electoral en sí, lo que puede deberse entonces a una crisis de confianza en las instituciones o en los sectores, actores políticos involucrados".
"Esto se da especialmente también en, o con más fuerza en la elección de cores, que viene mostrando esta dificultad que tienen los ciudadanos para poder tomar una opción clara en lo que se refiere a esta elección. Aquí opera, podríamos decir en esta elección, lo que en la ciencia política se conoce como el voto ciego, es decir, un tipo de voto emitido con falta de información, no con antecedentes para tomar la decisión, el votante toma su decisión sin contar con una información necesaria y por eso, o vota nulo, o vota blanco, o vota cualquier cosa", añade.
En esa línea, subraya que "en esta elección de cores, hace tiempo que se viene expresando un aumento en los votos nulos y blancos, lo que se explica por este fenómeno conocido como el voto ciego en el caso de la elección de consejeros regionales".