Esta tarde, de manera inesperada, el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, salió de un edificio en la comuna de Viña del Mar y fue interceptado por la prensa. La otrora autoridad se detuvo y contestó algunas de las preguntas.
"Lo más importante en una situación de esta naturaleza, que es de extraordinaria complejidad y gravedad, es conocer la verdad", señaló frente a los medios. Luego de eso, explicó por qué no había hablado. "Mi silencio obedece justamente al respeto del debido proceso. Hoy día hay una investigación, la investigación es secreta", apuntó.
Su reaparición ocurre exactamente a 15 días de de que estallara el caso que lo mantiene siendo investigado, entre otras materias, por el delito de violación a una subalterna de 32 años, hecho que habría ocurrido el domingo 22 de septiembre, en el Hotel Panamericano, donde la exautoridad se alojaba.
Desde el jueves 17 de octubre, día en que salió a la luz la denuncia, las repercusiones al interior del Gobierno no han cesado. La información de lo que ocurrió tanto durante las semanas previas a que se conocieran los hechos, como en los dos días precedentes, se ha sabido "a gotas". Y con las consecuencias ha pasado lo mismo, pues mientras los hechos se van aclarando, las esquirlas del caso se han ido expandiendo.
Las últimas semanas, además, han estado marcadas por una serie de declaraciones desde el Ejecutivo, que en momentos no solo han sido contradictorias, sino que también objeto de críticas. Una de las alocuciones a la que se apuntaron más dardos, de hecho, fue la del propio Presidente Boric, que en una conferencia de más de 50 minutos -al día siguiente de que se conociera la denuncia- intentó aclarar cómo se había enterado y qué había hecho tras enterarse de lo sucedido.
Las principales repercusiones
Un movimiento en el gabinete, esa fue la primera repercusión que trajo el conocimiento público de la investigación. El hasta entonces ministro de Justicia, Luis Cordero, pasó a la subsecretaría del Interior, y en su reemplazo asumió Jaime Gajardo, abogado y militante del Partido Comunista. De inmediato, Cordero debió enfrentarse a un mar de preguntas.
En medio de eso -y cuando ya se conocía que Monsalve había revisado las cámaras del hotel con ayuda de la PDI- emitió una declaración que al poco andar fue puesta en cuestión. "La PDI actuó estrictamente ajustada al protocolo y a la ley respecto de una situación que no se condecía y nada tenía que ver con una denuncia penal que estaba siendo objeto de investigación", explicó en el programa Estado Nacional de TVN.
Con los días, no obstante, comenzaron las sospechas en torno a la legalidad de las diligencias que Monsalve había solicitado a la PDI. Y se investiga, incluso, si constituyen delito, pues se arguye que el exsubsecretario habría usado a la policía civil para fines personales.
Apenas algunos días después, el director de la PDI, Eduardo Cerna, llamó a retiro a la jefa Nacional de Inteligencia de la institución, Cristina Vilches. ¿La razón? Precisamente su vinculación con las tareas que Monsalve pidió a la policía. Es que este le habría solicitado a la propia Vilches la revisión de las cámaras, tanto del hotel como del restaurante, arguyendo que podría ser objeto de extorsión.
La semana tras la denuncia fue álgida. Y varias autoridades fueron puestas en cuestión. Una de ellas, la ministra Antonia Orellana, de la cartera de la Mujer. Al ser consultada en un programa de televisión acerca de por qué el Presidente Gabriel Boric se demoró casi dos días en remover de sus funciones al denunciado, la periodista contestó con una frase que terminó replicada muchas veces en redes sociales: "No estamos hablando de un portero de un servicio público, estamos hablando de nada más ni nada menos de quien está a cargo de la seguridad del país".
Si bien la titular de la cartera intentó rectificar de inmediato sus dichos, la situación la puso en el centro de las críticas, que ya la habían apuntado, por la forma en que había reaccionado cuando se supieron los hechos.
La preocupación del oficialismo sobre cómo el caso podría afectar las elecciones municipales y regionales también se tomó la agenda. Desde el oficialismo negaron que pudiese afectar. Y finalmente terminaron respirando tranquilos, pues si bien la oposición logró tomar la delantera, no se trató -para la lista gobernante- de un escenario "apabullante", como lo auguraban algunos.
Con todo, las esquirlas del caso siguen dejando damnificados, sobre todo en la PDI. Hace dos días, sin ir más lejos, se informó que los escoltas del exsubsecretario Monsalve fueron removidos de La Moneda, tras los cuestionamientos por no haber estado con él la noche en que sucedieron los hechos.
Las dudas sobre el Presidente y la ministra del Interior
Hay una pregunta que se repite: ¿Qué sabían el Presidente Boric y la Ministra del Interior, Carolina Tohá, antes de que se destapara la denuncia? Al Ejecutivo se le ha hecho difícil sostener una versión de los hechos. Y con los días, han ido apareciendo contradicciones.
El Mandatario supo el martes 15 que había una denuncia. Y también que el otrora subsecretario había revisado las cámaras del hotel, para saber cómo había llegado con la víctima. También se enteró esa tarde que la denuncia provenía de una subalterna de Monsalve y que la fiscalía estaba investigando.
En las últimas horas, en todo caso, surgieron dudas en torno a las versiones entregadas por la ministra Tohá. Esto, debido a que en entrevista con CNN Chile señaló no haber hablado hasta el jueves -día en que se conoce la denuncia- con Manuel Monsalve. Sin embargo, trascendió que la secretaria de Estado lo llamó el martes 15, para pedirle que se presentara en el Hotel Panamericano, hasta donde posteriormente llegaría el fiscal Centro Norte, Xavier Armendáriz, a incautarle su teléfono.
En la última semana, además, tanto el Presidente Gabriel Boric como la ministra del Interior han declarado como testigo por el caso que afecta al exsubsecretario.
Las investigaciones y la ampliación de la querella
Este viernes, la defensa de la víctima, María Elena Santibáñez, informó que ingresó una "ampliación y rectificación" de la querella original. En concreto, la abogada explicó a La Segunda que "hemos presentado una ampliación y rectificación de querella precisando las conductas que dan a lugar, a nuestro juicio, a los delitos de violación consumada durante la noche del 22 a la madrugada del 23 y abuso sexual consumado durante la mañana del 23".
Asimismo, indicó que podría ingresar "una eventual ampliación de querella que podamos presentar más adelante por delitos de carácter funcionario y de la Ley de Inteligencia en contra del imputado y de otros posibles responsables".
El exsubsecretario es investigado por violación, abuso sexual por sorpresa y posible infracción a la Ley de Inteligencia.
Esto último, debido a que Monsalve habría dado instrucciones al servicio de Inteligencia de la policía civil para requisar y revisar las cámaras de seguridad del restaurante y hotel, junto con haber enviado a funcionarios a contactar con la denunciante.
Tres días después de la audiencia de control de garantías se supo de una nueva denuncia, de la misma víctima. Esto, por hechos que habrían ocurrido la mañana siguiente, la del 23 de septiembre.
Desde otras instituciones, también se llevan a cabo investigaciones. La Contraloría inició un sumario para aclarar para aclarar qué se sabía del caso, quiénes sabían, y qué se hizo.
Asimismo, se está indagando en un posible mal uso de gastos reservados por parte de Monsalve.
Además de lo anterior, el Congreso estableció una comisión investigadora. El pasado martes se presentaron ante los parlamentarios las ministras de Interior, Carolina Tohá; de la Mujer, Antonia Orellana; y el subsecretario Luis Cordero, entre otras autoridades.
