WASHINGTON.- Observaciones de LADEE, una sonda de la NASA enviada en septiembre de 2013 a estudiar la Luna, indican que el satélite de la Tierra tiene una nube de polvo permanente que podría estar presente en otros cuerpos del Sistema Solar, según indica un estudio publicado en Nature esta semana.
La investigación se basó en datos obtenidos por un instrumento de LADEE dedicado al estudio del polvo en la Luna —fue la primera sonda en incluir un instrumental de este tipo– durante un periodo de seis meses entre 2013 y 2014 (LADEE terminó su misión estrellándose en la Luna en abril de 2014).
El trabajo permitió identificar una nube de polvo formada de partículas originadas en la Luna, con una densidad muy baja. De hecho, los expertos de la Universidad de Colorado a cargo de la investigación indican que no es la misma nube que habría provocado el "brillo" que vieron en la Luna los astronautas de las misiones Apollo 15 y 17, ya que el descubrimiento hecho con LADEE no sería visible al ojo humano.
Lo interesante es su origen: según los expertos, la nube de polvo se produciría a través del impacto de partículas de cometas en la Luna, levantando el material que luego forma esta capa. La forma irregular de la nube se justificaría en el impacto del polvo de cometas, que llega a su superficie en un ángulo inclinado.
La teoría de los expertos, liderados por Mihaly Horanyi, es que estos fenómenos se podrían repetir en los cuerpos "sin aire" del Sistema Solar, es decir, donde las partículas de los cometas pueden impactar libremente la superficie, sin la intervención de una atmósfera.
De hecho, Horanyi indicó a
Space.com que un instrumental en la nueva misión de la NASA para estudiar Europa, una de las lunas de Júpiter, ampliará la investigación, estudiando el impacto del polvo de cometas en ese sistema.