LONDRES.- El aumento del volumen del hielo en el mar del Ártico durante el otoño de 2013 compensó las pérdidas registradas entre 2010 y 2012, publica hoy la revista "Nature".
El estudio, desarrollado por científicos del University College London y de la Universidad de Leeds, ambas en el Reino Unido, establece que el aumento del volumen de hielo marino en otoño de 2013 se produjo después de un "verano extraordinariamente frío".
Esta circunstancia, apunta la investigación, podría indicar que el hielo en el mar del Ártico es más "resistente" de lo que anteriormente se creía.
Las pruebas visuales obtenidas en los últimos años a través de satélites mostraban que la extensión del hielo marino en esta región se ha reducido un 40 por ciento desde la década de 1970.
No obstante, los autores del estudio explican que la medición de la extensión del hielo marino con satélites es "más sencilla" que la medición de su grosor, el cual es necesario para calcular su volumen.
Además, una reducción en la extensión del hielo marino no se relaciona con un descenso proporcional de su volumen, recuerda el equipo de expertos, encabezado por Rachel Tilling, del Centro de Observación y Modelos Polares del Departamento de Ciencias Terrestres de la University College London.
Partiendo de esta premisa, los investigadores analizaron datos recabados por la misión "CryoSat-2" de la Agencia Espacial Europea (ESA) para estudiar los cambios acontecidos en el grosor del hielo marino del hemisferio norte entre 2010 y 2014.
Los expertos detectaron "variaciones significativas" en el volumen de hielo marino en el Ártico durante el otoño, con un descenso del 14 por ciento entre 2010 y 2012, si bien se produjeron "aumentos sustanciales" desde entonces.
En concreto, el volumen total de hielo marino creció un 41 por ciento durante el otoño de 2013, una cifra más alta que la medida registrada durante los cinco años hasta el otoño de 2014.
En consecuencia, los autores concluyen que el verano de 2013, "extraordinariamente frío" al alcanzar temperaturas similares a las de finales de la década de 1990, desempeñó un papel clave en el citado aumento del volumen de hielo marino.
En este contexto, el deshielo en el Ártico durante esa fecha se limitó a una zona situada al noreste de Groenlandia.