Una especie de pulpo que habita en las costas de California.
Judit Pungor
OKINAWA, Japón.- Es una criatura de tres corazones, que no tiene hueso alguno en su cuerpo y cada uno de sus ocho brazos puede regenerarse, con más de 500 millones de neuronas distribuidas en ellos. Con esa descripción, no es extraño que el famoso zoólogo Martin Wells llamara a los pulpos "alienígenas" por sus particularidades, precisamente las que los científicos hoy buscan entender.
En una investigación integrada por expertos del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Okinawa en Japón, la Universidad de Chicago y la Universidad de Berkeley, especialistas terminaron de secuenciar el genoma del pulpo y, al comenzar a analizarlo, han quedado asombrados por algunas de sus características.
El estudio publicado por Nature destaca que se trata de la primera vez que se decodifica el genoma de un cefalópodo, que es la clase de invertebrado marino al que pertenece esta especie, ordenando las 2,7 mil millones de "letras" que componen su código.
"Ellos fueron los primeros seres inteligentes en el planeta. La razón por la que observamos a diferentes tipos de cefalópodos, es para saber qué es lo que se conserva en ellos", afirma Sydney Brenner, biólogo sudafricano ganador de un Nobel, que fundó el instituto japonés donde se realizó el análisis y fue quien inició el proyecto para secuenciar el genoma del pulpo.
La investigación revela que, pese a tener un genoma un poco más pequeño que el de los humanos, el pulpo tiene unos 10.000 genes más que nosotros, para un total de 33.000. Algunas características genómicas son únicas en estos moluscos, que habrían jugado un papel fundamental en su increíble capacidad de camuflaje adaptativo y su complejo sistema nervioso, algo que ha cautivado a los autores.
"El sistema nervioso del pulpo está organizado de una forma totalmente distinta al nuestro: el cerebro central rodea el esófago, lo que es típico en los invertebrados, pero también tiene grupos de neuronas en los brazos que pueden trabajar de forma relativamente autónoma, además de los grandes glóbulos ópticos para su visión", afirmó Daniel Rokhsar, de la Universidad de Berkeley en California, coautor principal del proyecto.
"La secuencia es una oportunidad de observar el genoma y ver qué es lo que podemos aprender de su cerebro único y la morfología del pulpo", añadió Rokhsar.
Los especialistas estiman que la inteligencia del pulpo evolucionó mucho más temprano que vertebrados considerados "superiores" y precisamente es el genoma el que podría revelar el secreto de cómo ocurrió, algo que se explica con la historia evolutiva de los cefalópodos que tiene más de 500 millones de años, incluso antes de que las plantas se trasladaran a la tierra.
"El pulpo parece ser completamente diferente al resto de los animales, incluso otros moluscos, con sus ocho brazos prensiles, su gran cerebro y su capacidad inteligente para resolver problemas", afirmó Clifton Ragsdale, de la Universidad de Chicago, uno de los líderes en el proyecto internacional de la secuenciación del genoma.
"El zoólogo británico Martin Wells (nieto del escritor de ciencia ficción H.G. Wells y célebre experto en cefalópodos) dijo que el pulpo es un alienígena. Si lo vemos así, nuestro estudio describe el primer genoma secuenciado de un extraterrestre", dijo Ragsdale.
Un ejemplo que demuestra la inteligencia del pulpo, se da en una especie que habita en el Pacífico. Cuando se acerca a un camarón que será su víctima, topa con uno de sus tentáculos en el lado opuesto de su cuerpo, lo que provoca que la presa se de vuelta por instinto y quede a total merced de los ocho brazos del pulpo. "Nunca había visto algo así", afirmó Roy Caldwell, profesor de biología integrativa en la Universidad de Berkeley en California.
Aún queda mucho por estudiar y el próximo paso es criar animales en laboratorio para "tener una mejor idea de cuál es su comportamiento normal, y así poder reconocer qué es lo que cambia cuando un gen es eliminado o roto", dijo Rokhsar.