SANTIAGO.- El mundo debe prepararse para hacer frente a un posible ciberataque terrorista de consecuencias catastróficas, afirmó Eugene Kaspersky, dueño de una de las firmas de antivirus más importantes del mundo, en una entrevista realizada durante su visita a Chile en la que expresó su preocupación por el aumento de la cantidad de cibercriminales.
"Puede ser que ataquen la matriz del Sistema Interconectado de un país, que paralicen el sistema de control aéreo o que arremetan contra las centrales nucleares, sólo es cuestión de tiempo", advirtió Kaspersky.
Este nuevo tipo de ataques, que podrían ser liderados tanto por terroristas como por grupos de delincuentes o mafias, "están aumentando en los últimos años", motivo por el cual el magnate ruso hace un llamado a la comunidad internacional para que endurezca sus medidas de seguridad.
Prueba de ello fue el ciberataque ruso contra Estonia en 2007 en represalia por el traslado en Tallin del monumento a los soldados soviéticos caídos durante la II Guerra Mundial o el ataque de Estados Unidos a las instalaciones nucleares de Irán mediante un virus informático en 2010.
El pasado junio Alemania tuvo que hacer frente al mayor embate informático sufrido nunca por una institución germana, cuando un ataque altamente sofisticado y presuntamente procedente de Rusia golpeó el sistema interno del parlamento del país.
De ahí que Kaspersky, que visitó Chile para participar en la Cumbre Latinoamericana de Analistas de Seguridad patrocinada por su propia empresa, urgió a los distintos países a diseñar estrategias de ciberprotección basadas en la comprensión del fenómeno y el desarrollo y la implementación de una estrategia.
"El gran problema es que los países, a excepción quizá de Israel y Singapur, están justo ahora intentando entender de que va todo esto y aún no han creado departamentos especiales para gestionarlo", sostuvo el empresario.
Para el experto en seguridad informática, la creación de políticas y estándares de ciberseguridad a escala internacional es una tarea que requiere de la cooperación de la industria y los diferentes gobiernos.
La industria informática, de seguridad y otras que consideran la tecnología de la información una prioridad cuentan con una larga experiencia en este tipo de problemáticas por lo que pueden compartir sus experiencias con los organismos estatales, dijo el experto.
Kaspersky descartó que este tipo de virus informáticos llamados "ciberarmas" pudieran ser utilizados por los distintos países en un conflicto global, pues de ser así las consecuencias podrían ser "desastrosas".
"No creo que los Estados utilicen las ciberarmas para hacer estallar una ciberguerra mundial, quizá sean utilizadas para atacar países determinados en conflictos menores", puntualizó el directivo.
La educación de los usuarios medios y profesionales del sector es la clave para proteger los países y los organismos gubernamentales.
Un desafío complicado para algunas regiones del planeta como América Latina, donde según el experto, aún no hay ciudadanos suficientemente formados como para desarrollar esta tarea.
"El problema es que ningún estado quiere contratar a extranjeros para diseñar sus planes de seguridad, así que cada país debe encargarse de formar a los suyos para desarrollar estas infraestructuras", manifestó.
No obstante, América Latina queda lejos de los principales conflictos geopolíticos que sacuden al mundo, por lo que hay menos amenazas y la posibilidad de que sean víctimas de ataques de estas características es mucho menor.
Kasperski también se refirió a la información revelada el pasado mes de junio por el portal The Intercept, según el cual documentos desclasificados por Eduard Snowden revelarían que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos y su homólogo británico, el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ), habrían hackeado a la empresa rusa.
Según la información proporcionada por Snowden, ex contratista de la NSA, la agencia británica y estadounidense copiaron 23 sistemas de protección contra virus de Kaspersky Lab con el objetivo de evitar la detección de sus actividades y obtener información sobre seguridad de softwares.
"No puedo asegurar que estas afirmaciones sean ciertas pero estoy seguro de que hay muchos Estados que nos han estado vigilando y comprobando nuestros productos", sentenció.