Una imagen de las columnas que están siendo restauradas en Italia.
EFE
ROMA.- La restauración de una parte de los foros romanos, en concreto el pórtico del Templo de la Paz en el foro de Vespasiano, ha desatado la polémica entre el Ayuntamiento de Roma y los arqueólogos por el empleo de un material que no se usaba en la época: el hormigón armado.
En esta zona arqueológica, una de las paradas obligatorias para cualquier turista que visite la Ciudad Eterna, se está llevando a cabo un proyecto para erigir de nuevo las siete columnas de granito rosa que hasta ahora yacían desperdigadas en trozos alrededor de la base del templo.
La idea es levantar el templo uniendo los restos de columnas que aún permanecen, utilizando una técnica de restauración llamada "anastilosis" para que luzcan tal y como se podían admirar en la época del imperio romano.
En abril de este año se mostraron públicamente las primeras dos columnas, y está previsto, según explicó a Efe el director de la superintendencia de los Bienes Culturales del Ayuntamiento, Claudio Parisi Presicce, que para octubre esté totalmente terminado.
Sin embargo, la polémica estalló cuando, al mostrar las primeras dos columnas ya colocadas, se descubrió que se había usado hormigón armado para las bases que las sostienen y para unir las partes que faltaban.
La cuestión de las técnicas de restauración y el hormigón armado aplicado a restos milenarios levantaron un gran debate en una ciudad orgullosa de su patrimonio arqueológico y que recibe cada año a casi treinta millones de turistas, según cifras del Ente Bilateral de Turismo de la Región de Lazio.
Según Presicce, esos bloques de cemento se construyeron en los años noventa y los técnicos sólo los han modificado para incluir materiales antisísmicos. "Esa base de cemento ha sido en parte eliminada para introducir el material antisísmico, que es necesario para las leyes actuales", explicó.
Sin embargo, según el arquitecto Sandro Maccallini, responsable de organizar la protesta contra el proyecto, "en los parques arqueológicos no hay una normativa precisa de la ingeniería civil, porque hay que adaptarla a la necesidad del yacimiento".
Presicce, responsable del proyecto, sostiene que las columnas están en su mayor parte completas, mientras que los detractores, como Maccallini, rebaten que los datos que dan sobre la cantidad de las piezas que se conservan de las columnas "lamentablemente, no son ciertos".
Según el arquitecto, "de las siete columnas, hay dos íntegramente construidas en hormigón armado, y las otras columnas se han colocado una sobre otra (las piezas) con notable pérdida de material arqueológico".
El experto explicó que para la reconstrucción de las columnas están utilizando resinas y mezclas cuya eficacia no ha sido testada y atribuyó el uso de estas técnicas, que considera "devastadoras", a la "urgencia para levantar esas columnas por motivos publicitarios, propagandísticos".
Y prosiguió con su denuncia al afirmar que el desgaste del material de las ruinas contradice la reversibilidad, "el requisito fundamental de la restauración moderna". La reversibilidad permite, a medida que evolucionan las técnicas de restauración, aplicar otros métodos para renovar monumentos y yacimientos.
El cruce de acusaciones llevó a siete senadores del Movimiento 5 Estrellas, encabezados por la senadora Manuela Serra, a presentar una denuncia ante la Justicia italiana pidiendo que se frene el levantamiento del Templo de la Paz.
Presicce, sin embargo, considera que "las denuncias son instrumentales, debidas al escaso conocimiento del proyecto", mientras que Maccallini lamenta que no se hayan podido hacer inspecciones y que el área esté tapada bajo una lona que impide ver el desarrollo de los trabajos.
El Templo de la Paz fue construido por el emperador romano Vespasiano para celebrar el triunfo sobre la revolución de los judíos en el año 71 d.C., y estaba destinado a proteger los trofeos más preciados conseguidos tras la conquista de Jerusalén. Sin embargo, el paso del tiempo han impedido que se mantenga en pie tal y cómo fue.
Por ello, el responsable del proyecto considera que la reconstrucción del Templo de la Paz "ayudará a entender la arquitectura antigua", mientras que el arquitecto Maccallini insiste en que "si los restos non son auténticos, no habrá gente que venga de Australia o de la India para verlos".
En estos últimos años se han puesto en marcha varios intentos por embellecer los foros e introducirlos dentro de la oferta cultural de la ciudad, como su iluminación a cargo del director de fotografía Vittorio Storaro, o las proyecciones nocturnas de imágenes del imperio entre las ruinas.